United States or Mali ? Vote for the TOP Country of the Week !


El 25 de marzo, ya en vísperas de viaje, en el pórtico del gran deber, le escribió a su amigo, el dominicano y poeta y escritor, Federico Henríquez Carvajal, una carta que alguien ha llamado su testamento político, y de la cual vienen a mi mente estos conceptos que debía grabar todo cubano en lo más puro y bueno de sus entrañas: «Yo evoqué la guerra: mi responsabilidad comienza con ella, en vez de acabar.

Buenas tardes, Belarmino habló el dominicano, modulando las notas más nítidas y cariciosas de su flautín laríngeo . Entraba y salía. Entraba en tu aposento y salía de mi residencia. Salía de mi distracción y entraba en mi acuerdo. El Padre Alesón hablaba ahora en este estilo conceptuoso y envuelto, para dar por el gusto a Belarmino y granjearse su afecto.

Otro nuevo plan, más vasto que los precedentes, trazado en septiembre de 1579, fué descubierto por un monje dominicano. Hassán, para coger infraganti á los cautivos, fingió no saber nada; pero los cristianos sospecharon pronto que su proyecto era conocido. Un mercader valenciano, residente en Argel, que les prometió su ayuda, y que temió entonces por su vida y sus bienes, hizo cuanto pudo para decidir á Cervantes á huir á toda prisa en un barco, temeroso de que el rigor de los tormentos le arrancase la confesión de su complicidad; pero éste, que ya se había escapado de la cárcel y estaba oculto en casa de un amigo, no consintió en salvarse solo y dejar á sus compañeros expuestos al peligro; se esforzó en calmar las inquietudes del mercader, y le juró que ni la muerte ni los tormentos le obligarían nunca á declarar. Mientras tanto se pregonó en las calles de Argel un bando del sultán para descubrir al esclavo Cervantes, condenando á muerte á cualquiera que lo encubriese. Entonces resolvió el cautivo librar á su amigo de tan tremenda responsabilidad, y se presentó al Rey.

El P. P. Fray Bernardo Arades, Dominicano &c. El Reverendo P. Fray Pedro Juan Nicolau, Mínimo. El Padre Fray Pedro Aliaga, Capuchino. Añadióse el Padre Sebastián Sabater, Rector del Colegio de San Martín, de la Compañía de JESUS. A Rafael Valls, mayor. El Reverendo Padre Rafael Riutort, Provincial de los Mínimos &c. El P. Presentado Fray Vicente Pellicer, de Santo Domingo.

Entonces el dominicano fray Gonzalo Jiménez, Guardián del Convento de Santo Tomás y Calificador del Santo Oficio, díjole con aparente mansedumbre: Ya tenéis blasón para hacer labrar a la puerta de vuestras casas. ¿Cuál sería, según vuesa Reverencia, señor Guardián? Anseres Capitolini, los famosos gansos del Capitolio; y no se dirá que os falta añejo abolengo.

Mirando melancólicamente a la urraca y su lustroso plumaje dominicano, por asociación de imágenes se le ocurrió que el Padre Alesón podía sacarle del apuro, y fué a pedirle que le prestase un libro de poesías y algún discurso. Belarmino consideraba la poesía y la oratoria como las formas más vulgares de dicción.

Dos familiares del Santo Oficio y cuatro soldados custodiaban a cada uno de los reos, mientras un fraile dominicano le predicaba continuamente poniéndole ante los ojos el santo signo de la cruz. Todos llevaban, a más del sambenito, el bonete trágico y burlesco, la amarilla coroza, cubierta de terribles pinturas de llamas y demonios.