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Cuando llega la hora en que el hombre debe sufrir, no hay otro recurso que disponer el alma para el sufrimiento, y cuanto más sufrimos, cuantos más dolores experimentamos, más sagrado es nuestro dolor.

En general, los dolores desarrollados por la influencia de la plata, tienen, por la profundidad, el carácter lancinante, el ardor, la forma de sacudimiento y la agudeza rápida, numerosos puntos de analogía con los dolores osteócopos y los de las lesiones orgánicas.

Allí quedan "sus padres; sus hermanos, en el perdido hogar"; más allá deja "a la dulce extranjera, su alegría", y sobre todo amor, su "amada" tierra. ¡Oh, la tierra de todos sus encantos, la idolatrada tierra, "dolor de sus dolores" de patriota y sueños de sus sueños de poeta!

Y el 28 del mismo mes, salió de nuevo para New York, en donde a los pocos días recibió un ejemplar del periódico El Yara, de Cayo Hueso, que dirigía el irreductible cubano José Dolores Poyo, y en el que se expresaba vivamente el deseo de que les hiciera una visita.

Verdad, verdad santa, pobre diosa destinada á sufrir y llorar por todos nosotros; destinada á sacrificarse por todos los hombres, y á recibir en cambio la burla y el insulto de los mismos que redimes con tus dolores; que has sido quemada en tantas hogueras; , que con la cabellera tendida por la espalda, vestida de luto y con los ojos húmedos y encendidos, subiste tantas veces la escalera infame de tantos cadalsos; , envenenada en Sócrates; crucificada en Jesucristo; ajusticiada en la doncella de Orleans; cargada de hierros en Colon; muerta de miseria en Cervantes; pobre diosa, vive y llora, llora y triunfa, porque triunfas aún cuando lloras!

En este caso es cuando principalmente se manifiestan el decaimiento rápido de las fuerzas, los síncopes, los sudores frios, los vómitos, las diarreas aliviadas por la aplicacion del calor, los dolores concomitantes son quemantes, y se observa intermitencia ó una agravacion hácia el final de la noche.

Don Máximo los rompió con unas cuantas frases bastante mal dichas, pero muy conmovedoras, referentes a la brevedad de la vida, a la miseria de los placeres, a la recompensa que nuestros dolores alcanzarán en un mundo mejor y a otros asuntos de ultratumba. El orador concluyó por verter lágrimas copiosas, embargado por tan fúnebres consideraciones.

¡Pobre mujer!... ¡Pobre amiga!... exclamaba la Baronesa. Pero ¿por qué?... ¿Cómo ha podido?... ¿Y no ha escrito nada? ¿No han encontrado algo dejado por ella?... Tiene que haber algo... buscando... ¿Murió en el instante?... Sufría, es cierto; ¡pero no tanto que no pudiera resistir!... Era fuerte, una mujer muy fuerte, a pesar de su cuerpecito tenue y delicado... Los dolores morales...

El te llevará el devocionario, te dejará ir al altar de Nuestra Señora de los Dolores y se colocará detrás entre los hombres.

Nunca me he sentido tan bien como en este momento... y es porque advierto en mi alma el consuelo de haber hecho algo por restablecer a Jesús en su santo reino... Lo único que me hace padecer es verte disgustado... ¡Ay, papá, cuánto daría porque tu fe fuese tan viva y ardiente como la mía, para que despreciases todos los dolores de la tierra y marchases tranquilo y contento como yo marcho adonde Dios quiera llevarme!