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Este libro fué formado para divertimiento del rei, de la reina doña Maria, del principe don Enrique i de las damas i señores i caballeros de la córte, i pára MS. en la biblioteca del Escorial.

Con gran sorpresa del autor, y habiéndole proporcionado, si cabe, mayor divertimiento que sorpresa, ha llegado á sus noticias que el bosquejo que sirve de introducción á LA LETRA ESCARLATA, relativo á la vida oficial de los empleados de la Aduana de Salem, ha sido causa de no poca algarada y agitación en la respetable comunidad donde vive.

La razón es que se aburría sola, y mi padre le proporcionaba distracción y divertimiento. Y, en efecto, por divertirse, maquinó un plan maligno y agudo, y fué que, como mi padre en su vecindad se ponía en estado de excitación poética y todo le salía en verso, ella le prohibió severamente que dijese nada rimado: «La poesía es salsa que fatiga la digestión.

«Esta casa añadió el amanuense dando a conocer mejor su voz melodiosa y dulce, que llegaba al alma no es una casa de divertimiento; es un asilo triste y fúnebre, señorita. Yo me hago cargo, , señorita, me hago cargo de su dolor de usted...». Y se envasó en el cuerpo, aspirándola por entre los dientes, otra gran cantidad de aire.

Allí van las virginales deidades indias, moradoras de los lagos, que con el calor de sus pechos entibian el agua que ha de regar la flor del loto; las impúdicas danzadoras egipcias y malacitanas, que acuden a Roma para divertimiento de Césares; las doncellas corintias consagradas a Palas, que asisten a las Panateneas; las sacerdotisas galas que lanzan a los bárbaros contra el antiguo mundo; las damas de las cortes de amor que tiñen en la púrpura de su sangre la flor que ha de premiar a su poeta; las cortesanas del Renacimiento, que el arte convierte en imágenes de dolorosas; las monjas españolas, devoradas de histerismo religioso; las damas galantes de la Francia borbónica, que sin traicionar al amor supieron hacer de cada hombre un amante; y, por último, la mujer moderna, cuyo tipo varía, desde la Hermana de la Caridad que riega con sus piadosas lágrimas las llagas del herido, hasta la pecadora de oficio que, vendiéndose al rico y regalándose al pobre, ofrece a todos la ilusión del amor.

Por comisión y mandado de los señores del Consejo, he visto la Segunda parte de don Quijote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra: no contiene cosa contra nuestra santa fe católica, ni buenas costumbres, antes, muchas de honesta recreación y apacible divertimiento, que los antiguos juzgaron convenientes a sus repúblicas, pues aun en la severa de los lacedemonios levantaron estatua a la risa, y los de Tesalia la dedicaron fiestas, como lo dice Pausanias, referido de Bosio, libro II De signis Ecclesiae, cap. 10, alentando ánimos marchitos y espíritus melancólicos, de que se acordó Tulio en el primero De legibus, y el poeta diciendo: Interpone tuis interdum gaudia curis,

Su única guía es el gusto del público español, al cual no convienen las fábulas de Terencio y de Plauto, y á cuyo capricho han de ajustarse las comedias, originándose de aquí que ministren al público un alimento ponzoñoso y escriban farsas que carecen casi en absoluto de fondo, de moral y de buen estilo, para que el auditorio, por vía de pasatiempo, se solace tres ó cuatro horas sin sacar utilidad alguna de este divertimiento.

Como el vulgo se paga de todo lo peregrino i estravagante, dió en la tema de esparcir como acciones que comunmente ejecutaban los judíos un tan bárbaro divertimiento; i de aquí nació sin duda que á los oidos del rei don Alfonso el Sabio llegó la fama de estas novelerías, i por no dejar sin la merecida pena á los culpables, si acaso existian, habló de los autores de tales delitos en la manera i forma que van sucintamente referidas.

En el falso cronicon impreso como obra de Juliano, arcipreste de Santa Justa, se pone la siguiente carta que, aunque apócrifa, va traducida de la lengua latina en castellana, i puesta en este lugar para divertimiento de los curiosos. =Carta de Eleázaro á la sinagoga de Toledo.=

Cállense las muy boconas. Ea, con Dios. Y estamos de coche. ¡Vaya un lujo! ¡Cómo se conoce que corre la guita! Que os calléis... Más valdría que me ayudarais a bajarle y meterle en el coche. Vaya que . Con alma y vida». De divertimiento sirvió a todas las de casa y a las de fuera.