United States or Australia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Vamos, don Mariano lo interpeló éste que me atropella usted!... Anda usted distraído... Las malas lenguas dicen que está usted enamorado, y casi me siento en disposición de creerlo... Levantó Vázquez la cabeza.

Sobre todo, desde que le han hecho hijo predilecto de la Iglesia, te aseguro que se había puesto irresistible. Me hablaba con un tono de superioridad y hasta de compasión que me hería; estaba distraído, me contradecía en todo lo que hablaba y se manifestaba tan frío que me dejaba casi todos los días llorando.

Escapósele á Zadig en aquellos instantes en que los mas no dicen palabra, ó solo dicen palabras sagradas, clamar de repente: LA REYNA; y creyó la Babilonia, que vuelto en en un instante delicioso le habia dicho REYNA MIA. Mas Zadig, distraido siempre, pronunció el nombre de Astarte; y la dama, que en tan feliz situacion todo lo interpretaba á su favor, se figuró que queria decir que era mas hermosa que la reyna Astarte.

Se atusaba el bigote y abría los ojos desmesuradamente lo mismo que él cuando estaba distraído; hacía ademán de meterse las manos en los bolsillos, y se encogía de hombros para remedarle cuando iba paseando; contrahacía su risa, su modo de andar y sentarse, la forma de llevarse el cigarro a la boca.

Recorrió Sibakong, Tondo, San Nicolas, Santo Cristo, distraido y de mal humor, sin hacer caso del sol ni de la hora y solamente cuando sintió hambre y se apercibió que no tenía dinero por haberlo dado todo á fiestas y contribuciones, retiróse á su casa.

Y dime ahora: ¿qué has hecho de los dos mil duros que a ti y a tu hermano os dejó D. Santiago Quijano? Ya los has gastado en el pleito, en vestidos, en la educación de Mariano, y.... confiésalo, que si es un misterio para todo el mundo, no lo es para quien te habla en este momento... No lo ocultes, pues no hay para qué. Más de la mitad de aquel dinero te lo ha distraído Joaquín Pez».

Mi hijo es algo distraído, y por eso temo... Pronto será libre y dueño de sus acciones, porque en los asuntos de un hombre casado, sobre todo si está en cierta posición, no deben entrometerse las madres. Exactamente. ¿Y cuándo se casa D. Diego? Ya no hay día seguro respondió doña María, con firmeza. Y en verdad, Sr.

Volvió el notario a la realidad de la vida, y respondió con el tono más desenvuelto del mundo: Ese estúpido animal me ha distraído. No podéis imaginaros, marqués, los estragos que estas bestias ocasionan en la caza. Se comen más nidadas que perdigones tiramos nosotros. ¡Si tuviese una escopeta!...

¿Está usted segura? ¿Quién se lo ha dicho a usted? ¿Cuándo? ¿Cómo? Va usted a oír, tía Liette... ¿Me permite usted que la llame así?... Eso me tranquiliza... Tengo el corazón tan oprimido... , querida hija mía; vamos, tranquilícese usted y hable pronto. Hoy ha venido a despedirse, pero estaba muy cambiado, muy distraído, muy preocupado... apenas me miraba...

Al pasar junto a la Regenta la miró cara a cara, distraído, pensando en su venganza; pero ella sintió aquellos ojos en los suyos como un contacto violento. ¡Eran los celucos! ¡Así miraban los celos! Era una belleza infernal, sin duda, la de aquellos ojos, ¡pero qué fuerte, qué humana! Dejaron ama y criada por fin el boulevard y entraron en la calle del Comercio.