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El árabe jactancioso manda al punto que se á los Cristianos el precio convenido, que reciben en dinares de oro, y les insta para que desocupen prontamente el local, porque Abde-r-rahman es ya de edad avanzada, y urge que los suntuosos despojos de Itálica, Mérida y otras ciudades monumentales de los orgullosos Romanos, reciban su providencial colocacion en el soberbio edificio que levanta á Mahoma junto al gran rio de la Bética la raza predestinada que avasalló á los antiguos dominadores del orbe en cuantas provincias reconocian la autoridad de Heráclio.

Mandó Almanzor que se buscase á toda costa, aunque hubiese que pagarla un millon de dinares; así se hizo, púsose á la exigente vieja en posesion de su nueva casa y de su nueva palmera, y vencidas todas las dificultades, empezaron los arquitectos del califa Hixem la obra.

Las rentas del estado cordobés eran: 5,480,000 dinares de oro de las contribuciones de las provincias; 765,000 de los zocos y mercados de Córdoba; el quinto del botin cogido al enemigo, y las capitaciones impuestas á los mozárabes y judíos, que duplicaban aquellos ingresos. Véase en Al-Makkarí la curiosa descripcion de la que envió el emperador Constantino á Abde-r-rahman III.

El de Oriente, ávido de lujo y de sensaciones, prodiga sus riquezas con frenética magnificencia: Al-Mamún el dia de su boda siembra mil gruesas perlas en el sedoso cabello de su amada, y pide setecientos porteros para su palacio, y árboles de oro y plata para sus jardines . El de Occidente, igualmente pródigo de sus tesoros, asombra con sus rasgos de generosidad á los avaros hijos del Norte: Abde-r-rahman II para aplacar el justo enojo de su querida Tarúb hace tabicar la puerta de su aposento con sacos llenos de dinares, á fin de que al hacer la hermosa concubina las paces con su señor, sea una lluvia de oro la recompensa de su perdon . Codicia el de Oriente la posesion de la ciencia y se esfuerza por alcanzarla, porque Mahoma habia dicho en su Koran: «Un entendimiento sin erudicion es como un cuerpo sin almaHarun llama á su corte á los médicos, á los filósofos, á los literatos, á los artistas, sin distincion de patria y de religion , los colma de agasajos y de honores, forma con su auxilio el vínculo moral único capaz de contener la disolucion de su imperio, y á su benéfico influjo las nociones antiguas, momentáneamente proscritas por la inexorable cimitarra de los Arabes conquistadores, renacen y reaparecen del mismo modo que vuelven á levantar sus vívidas corolas á los rayos del sol las tiernas flores envilecidas en el lodo durante la tormenta.

El gasto hecho en las obras de Azzahra ascendió anualmente á 300,000 dinares durante el reinado de An-nasír, y habiéndose formado el cómputo de su costo total en los veinticinco años trascurridos desde el 325 al 350 en que murió el califa, resultó haber gastado en aquellos palacios siete millones y medio de dinares ó pesantes de oro.

Y esa lengua que en sonoros versos de cantos antiguos habia cautivado á los apasionados Arabes cuando hijos del desierto, ¿de qué bellezas no será susceptible ahora que el círculo de las impresiones se ha dilatado tanto para los que viven entre las riquezas de la naturaleza domada por el arte, y á la benéfica sombra de un soberano que retribuye con cincuenta mil doblas un sencillo poema , y que premia al bardo vencedor en los certámenes de Ocadh con cien dinares de oro, un caftan bordado, un arrogante caballo, una linda esclava, y el título de príncipe durante un año?

Como poeta y como enamorado, es ya conocido ; como político y como guerrero, harto le dan á conocer sus conquistas y las paces ajustadas con Teófilo y Cárlos el Calvo; como administrador, basta decir que utilizó sus victorias en proporcionar á su pueblo paz, ilustracion, riquezas y goces . Dice Ibnu Said que antes de su reinado el producto de los impuestos no habia jamás escedido de seiscientos mil dinares, y durante él llegó á producir mas de un millon.

aquí la santa casa de adoracion que sobrepuja en suntuosidad, belleza y gallardía á las mas afamadas mezquitas de Arabia, Siria y Africa: oid lo que de ella canta el poeta Mohammed Ibn Mohammed Al-baluní : «Ha gastado Abde-r-rahman por amor á su Dios y en honor de su religion ochenta mil dinares de plata y oro.