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No te entiendo, Antoñita, si no te explicas mejor. que me entiende usted, tío dijo la joven rodeando con sus brazos el cuello de Avrigny. ¡Ya lo creo que me entiende!... Tan bien como yo le he comprendido. ¿Pero estás loca, chiquilla? exclamó el doctor, aterrado. ¿Que me has comprendido, dices? , señor. ¡No puede ser!

iQue no le haya perdido como tu dices! todo lo que ahora veo no seria sino el sueno de un cerebro enfermo. ?Que ves pues, o que crees ver?

Y si lo dices, no lo digas, ni lo pienses; pues más dolor sentía yo entonces en mi espíritu que en tu cuerpo.

El uso , abuela respondí dulcemente, pero la prudencia... ¡La prudencia!... ¡Eres la que habla de prudencia!... No sabes lo que dices... En fin dijo al señor Boulmet, dejemos a esta razonadora reflexionar hasta el primero de noviembre.

¡Si no he salido de mi gabinete en toda la mañana, alma de Dios, ni contaba con que estuvieras fuera de casa!... ¡qué cuidado ni qué?... Ahora lo porque me lo dices... Pues tanto mejor entonces dijo Nieves esforzándose por echar el punto a broma . De todas maneras, me perdonas el pecadillo, ¿no es cierto?

Susana lloró, y costóle mucho trabajo convencer a la madre, que la conversación había sido de lo más soso e inocente del mundo. Lo creo, porque me lo dices dijo la señora, no mientes nunca... pero, yo me entiendo. No hablemos más de esto; ven a darme un beso.

Sin querer te habré ofendido más de una vez, y si es así, perdóname. Si me quieres como dices, yo nunca dejé tampoco de quererte... Pero las mozas no podemos decir lo que nos pasa aquí dentro del pecho como vosotros... Ni está bien que lo digamos; bien lo sabes.

«Te quiero con toda el alma, Rodolfo mío; no vivo más que para , y me duele mucho que me digas esas cosas tan tristes. ¿A qué hablar de la muerte cuando somos tan dichosos? dices que la muerte debe ser deseada en los momentos de felicidad, y entonces más que en las horas de dolor. ¿Dónde has aprendido eso? Dime: ¿dónde? Tienes unas cosas muy raras.

Te doy cuatro en casa si me ayudas a buscar por el monte al señorito y le dices, en cuanto lo veas, lo que me dijiste a , ¿entiendes? Que el capellán está con la señora encerrado en la capilla y que te echaron de allí para quedar solos.

-Yo soy contento de hacer lo que dices, Sancho hermano -replicó don Quijote-; y cuando veas coyuntura de poner en obra mi libertad, yo te obedeceré en todo y por todo; pero , Sancho, verás como te engañas en el conocimiento de mi desgracia.