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Otras veces se pone de rodillas, escarba con las manos y va metiendo en el talego restos, desperdicios y sobras de mil cosas distintas. Al creciente claror del día su figura comienza a dibujarse. Es joven, robusto, ágil, pero repugnante por lo sucio y lo feo.

Al entrar en el patio, vi una sombra, que me pareció ser la de mi padre, dibujarse en una de las ventanas del gran salón que estaba en el piso bajo, y que no se abría jamás en los últimos tiempos de la vida de mi madre. Me precipité en él; al apercibirme, mi padre lanzó una sorda exclamación: luego me abrió los brazos, y sentí su corazón palpitar violentamente contra el mío.

Orillas del mar, el primer problema es una gran solidez, firmeza, espesor de las paredes á prueba de los temblores y conmociones que se sienten cuando uno está metido en una frágil vivienda, fundamentos, en fin, que inspiren confianza; de suerte que en medio de la más horrorosa tempestad tenga la mujer tímida la seguridad de que no hay peligro para ella ni para cuanto la rodea, y pueda dibujarse en su rostro la sonrisa y esa felicidad del contraste que hace exclamar: «¡Qué bien se está aquí

El resto de la noche lo pasamos Antonio y yo sin proferir palabra, en sendas butacas de su alcoba, fumando cigarrillos y embargadas nuestras mentes con mil conjeturas, hasta que por la abierta ventana vimos desvanecerse las estrellas y dibujarse en el cielo la claridad de la ansiada aurora.

»¡Oh! ¡Qué razón tienen los que dicen que el corazón de la mujer es un arcano! »Ayer pasamos todo el día ideando proyectos y trazando planes. Magdalena recobra poco a poco el buen humor a medida que su salud y sus fuerzas se restablecen. »Su padre se mira en ella. Ya he visto dibujarse en sus labios algunas sonrisas que han ensanchado mi corazón henchiéndole de gozo

Si decía, verbigracia: «Elenita, ¿por qué no canta ustedla interpelada le miraba la cara con temor, y en la de los demás empezaba a dibujarse una sonrisa que quería significar: «¿Qué coba se traerá este señorSi expresaba su sentimiento por cualquier desgracia de un prójimo, aunque lo hiciese con sinceridad, no faltaba alguno que exclamase riendo y poniéndole una mano sobre el hombro: «¡Don Acisclo, usted no perdona a nadie!» Y D. Acisclo, halagado en su talento humorístico, aunque no hubiese tenido intención de burlarse, comenzaba desde aquel punto a hacerlo.

La niña no tiene padre, ni madre, ni hermana, ni hermano. ¿Es que usted trata de sustituir a alguna de estas personas? El cómico examinó la punta de su taco y miró después en torno, con aire displicente, y hasta en sus labios pareció dibujarse una sonrisa sardónica. que es una niña extraña y voluntariosa continuó el maestro, pero es mejor de lo que era.

No pasarán muchos años sin que los mismos coros celestiales desciendan con sus inefables armonías sobre el mutilado cadáver de un gran santo, que hallará en las melancólicas ondas del profanado Bétis la piedad que no alcanzó de los hombres; mas por ahora son esos acentos puramente humanos, y los produce el célebre cantor de Iraca que ahuyenta la melancolía de la noche con sus dos esclavas favoritas Gazzalán é Hindah, á quienes concede el privilegio de alternar con él en el ejercicio de su instrumento predilecto por la gracia y destreza con que sus lindos dedos recorren las cinco sonoras cuerdas combinando sus diversos tonos . Dícese que los jines le enseñan en las horas del misterio y del silencio ese arte encantador con que tiene embelesada á la corte, y que suele pasar la noche entera con esas dos hermosas esclavas ejecutando las inspiraciones que de ellos recibe, refiriendo cuentos y escribiendo versos hasta dibujarse en el oriente la primera hebra de plata y rosa de la aurora.

A veces creía sentir los pasos de la muerte, como el soldado los de su enemigo, y la frente del anciano se arrugaba, pero volvía a serenarse al momento, adquiriendo expresión indiferente. Su atención era cada vez más profunda. En tanto, el paciente tenía fijos en el techo los ojos, donde empezaban a dibujarse las señales de una sombría decisión.

Allá van pues estos articulejos escritos cálamo currente, sin más pretensión que la de entretener un rato á los pocos que en estos venturosos días, gustan del conocimiento de las cosas viejas, y con ellas se complacen, para hacerles olvidar siquiera momentáneamente, los pesares de la vida que á todos nos alcanzan así como otros de mayor bulto que parecen dibujarse allá en el horizonte, fruto natural de corrompidas semillas.