United States or Cuba ? Vote for the TOP Country of the Week !


En las siguientes filas estaban las educandas de doce y trece primaveras, presumidillas, entonadas; y detrás de estas las señoritas que frisaban con los quince, flor y nata de la hermosura vetustense algunas de ellas, casi todas iniciadas en los misterios legendarios del amor de devaneo, muchas próximas a la transformación natural que revela el sexo, y dos o tres, pequeñas, pálidas y recias, mujeres ya, disfrazadas de niñas, con ojos pensadores cargados de malicia disimulada.

Pasados los primeros momentos, en que apuró todas las emociones placenteras que la corte le ofrecía, después de su voluntario apartamiento; cuando estas emociones se gastaron y el espíritu quedó en reposo, acudiole más a menudo el recuerdo de Riofrío y de su devaneo con Rosa. Al principio procuró ahogarlo, aturdiéndose con ocupaciones y recreos; y lo consiguió: después ya no pudo.

Ni marido pobre de mujer acaudalada, ni yerno de suegra intolerante, ni protegido por rico vanidoso, se vieron nunca tan privados de libertad como el mísero don Quintín a partir de aquel día en que doña Frasquita se enteró del devaneo que su esposo traía entre manos; porque la aventura con Mariquita, que para él fue simple pecado de pensamiento, semejante a la delectación morosa que dicen los teólogos, a la vieja le pareció adulterio consumado.

Mientras las manos trabajaban poniendo en orden los bártulos, el cerebro tampoco descansaba, saltando por encima de los sucesos del verano, o lo que es igual, por los varios y poéticos lances de su amoroso devaneo. Y observó con cierta sorpresa que su corazón estaba más ligado de lo que presumía a la hermosa y sencilla aldeana. ¡Cosa más rara!

La respuesta fue cariñosa, pero evasiva. ¡Si lo que la nena anhelaba saber era un devaneo, una tontería...!, cosas de muchachos. La educación del hombre de nuestros días no puede ser completa si este no trata con toda clase de gente, si no echa un vistazo a todas las situaciones posibles de la vida, si no toma el tiento a las pasiones todas.

Francamente, chica, no cómo me miras. Mi destino, hijo, mi destino. Y no me pesa, porque yo tengo acá mi idea, ¿sabes? Santa Cruz no pensó en rogarle que explicara su idea. La suya era esta: «¡Pero qué hermosa estás! ¿Has hecho alguna picardía en el tiempo que ha pasado sin que nos veamos?». Quiero decir: después que volviste con tu marido, ¿no has tenido por ahí algún devaneo...?

No si herida en la raíz de tu virtud serena, mi audacia fácil añadió otra pena al calvario de penas de tu vida. Llorabas y reías. De tu boca, rojo nidal de sierpes del deseo, fluían en suspiros mil encantos... ¡Qué loco eres! dijiste. Y yo, ¡qué loca! Pero en medio de tanto devaneo, ¿lo recuerdas aún? fuimos dos santos. Julio, 1920. ESPA

Por supuesto, estaba decidido a servirla contra su propio hermano, contando con la ayuda de Dios. ¿Acaso no triunfaba en los demás propósitos que formó? Su madre había entrado de lleno en el buen camino, y su hermana había renunciado al devaneo con Millán.

Al fin, tanto miedo tuvo de que el terrible coronel lo supiese, que con precoz sentido determinó separarse de aquel devaneo que no le convenía y no subir más al cuarto de la planchadora. Miguel le dio por ello la enhorabuena. Petra le persiguió todavía algún tiempo; pero el nuevo Teseo se hizo el sordo y la dejó abandonada.

No me demostréis que el amor en vos es un devaneo; que al verme joven, hermosa, engalanada, enamorada, os olvidáis de otra mujer que es más hermosa que yo, y que si no os ama más que yo, os da á lo menos un amor más puro; hablemos como dos amigos, don Juan, y desengañáos; si yo aceptase esa promesa que me habéis hecho en un momento de embriaguez, seríais mío durante ocho días; pero á los ocho días veríais á doña Clara, porque doña Clara os buscaría, os embriagaría, con su dolor y con su amor, como ahora os embriago yo, y os iríais con ella; pero habiéndola lastimado, habiendo turbado su alma con un recuerdo que no perdería nunca.