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CAP. XXXI. De como seguimos el camino del Maìz. Pasados dos dias, que alli estuvimos, determinamos de ir

A esto dijeron que por ningun tèrmino se podia proseguir adelante, porque ademas de lo expuesto, quedaban las caballadas en estado de no regresar con ninguna: por lo que dicho señor determinó retroceder, y que los pobres se alivien. Concluida la junta determinamos pasar con una partida á reconocer el Arroyo de Barrancas y Sierras del Cairú, en lo que empleamos todo el dia.

El método terapéutico que recurre al éter, al espíritu de nitro y al almizcle, en un estado que, como el que acabamos de señalar, es de indicacion del carbon por el método de la semejanza y de la analogía, no da los mismos resultados. Es por lo tanto discutible si se debe rechazar en principio el uso de los estimulantes difusivos en algunos casos, cuestion que no nos determinamos á resolver.

Esta, pues, que nos amenazaba, tan hambrienta como larga, nos hizo tomar una resolución, si no desesperada, temeraria, por lo menos, y fué que consideramos que, si los bastimentos se nos acababan, el morir de hambre era la más rabiosa muerte que puede caber en la imaginación humana; y así, determinamos de salirnos del navío y caminar por encima del yelo, y ir a ver si en el que se parecía habría alguna cosa de que aprovecharnos, o ya de grado, o ya por fuerza.

Acabamos de subir toda la montaña, por ver si desde allí algún poblado se descubría, o algunas cabañas de pastores; pero, aunque más tendimos la vista, ni poblado, ni persona, ni senda, ni camino descubrimos. Con todo esto, determinamos de entrarnos la tierra adentro, pues no podría ser menos sino que presto descubriésemos quien nos diese noticia della.

Con su amparo i licencia determinamos fabricar este templo. Paz sea con él y con toda su generacion, i alivio en todo su trabajo. Ahora nos libró Dios del poder de nuestro cautiverio: no llegó á nosotros otro tal refugio. Hicimos esta fábrica con el consejo de nuestros sabios. Fué la gran misericordia de Dios con nosotros. Alumbrónos i encaminónos don Rabí Myir: su memoria sea en bendicion.

Empeñarse en destruir estas leyes es desconocer el objeto de la verdadera filosofía; basta que las sometamos á nuestra observacion, de la propia suerte que determinamos las del mundo material sin intencion de trastornar el órden admirable que reina en el universo.

Y así, determinamos de ponernos en las manos de Dios y en las del renegado, y en aquel mismo punto se le respondió a Zoraida, diciéndole que haríamos todo cuanto nos aconsejaba, porque lo había advertido tan bien como si Lela Marién se lo hubiera dicho, y que en ella sola estaba dilatar aquel negocio, o ponello luego por obra.

A las ocho determinamos la marcha á pasar al campo del S de las sierras, para cuya comision destinaron al capitan D. Juan Antonio Hernandez, con 50 hombres y un vaqueano, quedando en el acampamento un piloto, para si quieren seguir la marcha, la que se efectuó hasta las diez y media, que hizo alto en un arroyo que sale de la Sierra de Cuello, habiendo caminado dos leguas por el OSO. En distancia de una y media leguas de este sitio al SE cuarta E, está una sierra chica, en la cual se halla un corral de piedra movediza, puesta á mano y sin mezcla alguna: su figura es cuadrada, con 60 varas de largo; las paredes de una vara de alto, y de grueso media, el cual se halla algo destrozado.

Y en verdad os digo, señores -prosiguió el cabrero-, que ayer determinamos yo y cuatro zagales, los dos criados y los dos amigos míos, de buscarle hasta tanto que le hallemos, y, después de hallado, ya por fuerza ya por grado, le hemos de llevar a la villa de Almodóvar, que está de aquí ocho leguas, y allí le curaremos, si es que su mal tiene cura, o sabremos quién es cuando esté en sus seso, y si tiene parientes a quien dar noticia de su desgracia». Esto es, señores, lo que sabré deciros de lo que me habéis preguntado; y entended que el dueño de las prendas que hallastes es el mesmo que vistes pasar con tanta ligereza como desnudez -que ya le había dicho don Quijote cómo había visto pasar aquel hombre saltando por la sierra.