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El desconocido ha dicho que se llamaba Bellver y que vivía en tal parte. Después, rápido, nervioso, ha levantado su sombrero y se ha ido. Y Azorín se ha vuelto hacia Sarrió y le ha dicho: Paréceme, Sarrió amigo, que acabo de ganar una gran batalla. Este hombre que se ha acercado a es un admirador mío. Yo no le conozco, pero él ha querido expresarme sus simpatías.

El gerente estaba preparado, sin embargo, pues, media hora antes, el médico le había manifestado que el desconocido no tenía remedio. Desde el principio su enfermedad había sido un caso sin esperanza.

Pero era tal el cansancio que sentían sus miembros y su espíritu, que recostando en el tronco del plátano la cabeza, quedose dormida. Empezó presto a soñar: y es lo raro del caso que no soñaba hallarse en lugar alguno nuevo ni desconocido, sino en el mismo sitio, en el jardinete; únicamente las caprichosas representaciones del sueño se lo convirtieron de chico y estrecho en enorme.

El señor Fermín vivía con el pensamiento puesto en la lúgubre noche de la invasión de los huelguistas. Para él nada había ocurrido después, que fuese importante. Le parecía estar oyendo aún el retemblar de las puertas de Marchamalo, una hora antes de amanecer, bajo los golpes furiosos de un desconocido.

Poseían una idea más exacta del tamaño de Asia y del tamaño de la tierra; daban al Océano desconocido un espacio semejante al que ocupan el Atlántico y el Pacífico juntos, y lo tenían por inmenso e infranqueable para los medios de navegación de entonces.

El autor, elevándose á las necesidades de la época y á los adelantos de la ciencia moderna; ha puesto su obra á la altura de los tiempos y al alcance de la juventud. Conduce gradualmente, de lo conocido, á lo desconocido por medio de lo semejante, despertando el interés del joven, y á la ves deleitándolo con el estudio.

Usted, compañera, no tiene ahora más remedio que aceptar el amparo de un hombre. Sólo falta que la suerte le depare un buen hombre. ¿Se echará usted a buscarlo por ahí entre sus relaciones, o saldrá a pescar un desconocido por las calles, teatros y paseos?

El desconocido suspiró, plegó sus labios con una sonrisa amarga y desdeñosa, y continuó su narración: «Aquel nombre, aquella gloria literaria que tanto había envidiado, en breve llegó a ser insuficiente para mi alma.

Aquel era evidentemente el plan de la señora de Candore, cuya prudencia maternal había desconocido... Y más todavía el deseo del tío Neris, que encontraría difícilmente mejor partido y no regatearía para asegurar la dicha de su hija. Además, se pondrá tan contenta la pobre muchacha... pensaba con la magnanimidad de un príncipe, retorciéndose el fino bigote.

Esta última observación me pareció muy extraña. ¿Habría sido culpable Burton Blair de algún crimen desconocido, que le hacía tener miedo a este misterioso inglés tuerto? Tal vez .