United States or Cuba ? Vote for the TOP Country of the Week !


La armada, entre naves de combate y transporte, alcanzaba la cifra de más de 100 velas, descomponiéndose de esta suerte: Capitán general, Juan Andrea Doria, en la Real. 16 galeras más de su escuadra. General de la escuadra de Nápoles, D. Sancho de Leyva. 7 galeras, 2 de ellas de Stefano di Mare ó Mari.

«¿Quieres que te diga una cosa? gritaba el primogénito, descomponiéndose . Pues don Carlos no ha triunfado ya por vuestra culpa, por culpa de los curas. Hay que ir allá, como he ido yo, para hacerse cargo de las intrigas de la gentualla de sotana, que todo lo quiere para , y no va más que a desacreditar con calumnias y chismes a los que verdaderamente trabajan.

El efecto que hacía en nuestros cuerpos era el de una llamarada que los azotaba por todos lados: la cara se nos abrasaba como cuando nos asomamos a un horno encendido, y deshechos en sudor, nuestros cuerpos hervían, descomponiéndose la economía entera, desde el instante en que fuertes excitaciones del espíritu dejaban de sostenerla.

¡Pues para este viaje no necesitábamos alforjas! gritó Contracayes, no menos furioso, volviéndose al consternado Peláez, que no había previsto aquel choque de dos malos genios. Pero, señores, calma... ¡Fuera de aquí, so tunante! gritó el Magistral terciando el manteo, descomponiéndose contra su costumbre... . ¡Desgraciado de ti! Date por perdido, mal clérigo....

Y descomponiéndose de pronto comenzó a vociferar bárbaramente, a proferir blasfemias y amenazas que hacían retemblar la casa. Concha corrió a refugiarse en su cuarto. Romadonga trató de calmarle; pero viendo que eran inútiles sus esfuerzos y que la vecindad se estaba enterando, tomó el sombrero y se fue.

Al notarlo, dijo don Sabas descomponiéndose un poco: Y si todos hubiéramos sido tan cernícalos como , ¿qué hubiera sido de ti, si no hoy, mañana, cuando el hambre y el frío te acometieran? Otro encogimiento de hombros por respuesta, como si tampoco hubiera cruzado señal de semejante idea por el meollo de Pepazos.

Millares de luces rojas, verdes, amarillas, carmesíes, grises y azules ardían dentro de él, poblando el pavimento, la techumbre y las paredes, descomponiéndose en infinitos matices que regocijaban los ojos y los deslumbraban.