United States or Sierra Leone ? Vote for the TOP Country of the Week !


Muestra tu tostada frente, Canta un cielo derrepente O una décima de amor! Cuando á lo lejos divisan Tu sepulcro triste y frio, Oyen del vecino rio Tu guitarra suspirar; Y creen escuchar tu voz En las verdes espadañas, Que se mecen cual las cañas Al soplo del vendabal.

Despues de haberse aquí ya refrescado, La gente del armada muy gozosa, Con algun bastimento que ha tomado Se embarca, por le ser muy deseosa La fin de su viage comenzado, Juzgándole por cosa provechosa: Que vemos que cualquier descubrimiento Es al tono de boda ò casamiento. La Torrida, que alguno inhabitable Escribe, traspasaron derrepente.

Silencio horrible por do quiera reina: Enmudeció el frenético alarido, Y solo se oye el fúnebre crujido Del lazo palpitante entre los dos; Mas derrepente resonó un gemido Dos espirales al formar el lazo, Y cada cual llevando su pedazo Envuelto en él al polvo descendió . Mi caballo era mi vida, Mi bien, mi único tesoro. Juan M. Gutierrez.

El hecho viendo el indio derrepente, La carga de la plata deja y lios, Y acude contra Oyolas y su gente: No puede escabullirse, que los ríos Estan delante de él, y asì murieron El pobre, y los demas que con él fueron.

Al siguiente dia se deslizaba tranquilamente nuestra canoa por entre islas guarnecidas de bosques, cuando se presentó derrepente, posada sobre un árbol del ribazo, la mas hermosa, la mas corpulenta, la mas noble de todas las aves de rapiña, una verdadera harpía , que levantaba su bello copete, mirándonos detenidamente sin parecer inquietarse de nuestra presencia.

Tiene el campo Juan Sanchez ya poblado De zapicanos muertos con su espada; Un indio le acomete señalado, Con una espada inserta y enhastada. Un bote le tiró por un costado, Y el mozo le responde de estocada, Y aciértale por medio de la frente, Y da con èl en tierra derrepente.

Y así, lector curioso, si quisieres El número saber de las doncellas De cuatro mil ya pasan como estrellas. De frutos de la tierra y de Castilla, De pan, y vino, y carnes y pescado Hay copia; pero oid la maravilla, Que que aconteció un dia pasado. Un peje palometa, que freilla Pensaba una muger enharinado, De la sartén saltó muy derrepente, Y el dedo le cortó redondamente.

Y derrepente, cual gigante inmenso A quien dormido ataran al cordel, Despertaste rompiendo tus cadenas Como en el dia de ochocientos diez. Quien alza el grito? preguntó el tirano, Y trueno sordo retumbó á sus piés, Y la corneta contestó en la Pampa: «Yo soy el pueblo de ochocientos diez

Ya todos se aprestaban A comenzar la pugna, Asiendo de las garras Con fuerza de titan: Los piés en los estribos Apoyan con pujanza, Y esperan afanosos Del gefe la señal. Las madres, las esposas Contemplan aquel grupo Pendientes del latido Del brazo muscular; Mas derrepente vése Que las manijas sueltan, Y se oye entre el corrillo Sordo rumor vagar.