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Don Acisclo idolatraba, pues, al P. Enrique, y hablaba de él con complaciente jactancia, diciendo: Aquí servimos para todo; lo mismo para un fregado que para un barrido; yo quise ser millonario y lo soy; a Enrique le dio por la santidad y aún le hemos de ver en los altares . Para demostrarlo y hacer probable el cumplimiento de su vaticinio, D. Acisclo refería a menudo las andanzas del P. Enrique: de modo que doña Luz le tenía por conocido y amigo, aunque hacía cerca de veinte años que él faltaba del lugar y de Europa.
Si la experiencia no lo hiciese palpable, la razon bastaria á demostrarlo. El corazon no piensa ni juzga, no hace mas que sentir; pero el sentimiento es un poderoso resorte que mueve el alma, y desplega y multiplica sus facultades.
No, no tenía sueño: y para demostrarlo abría desmesuradamente sus hermosos ojos negros. ¡Habla, habla que te escucho! Don Germán siguió hablando maquinalmente, sin preocuparse de lo que decía. Al cabo aquellos ojos brillantes quedaron inmóviles unos instantes y de pronto se cerraron. Elena se durmió como un niño en los brazos de su marido.
Las damas no retrocedieron, al poner las delicadas plantas en él, de vergüenza. El médico, que se había encargado de demostrarlo, las introdujo en las salas, y puso ante su vista el cuadro espantoso de la miseria humana. La mayor parte de los infelices enfermos estaban vestidos y sentados, unos sobre las camas, otros en sillas.
Le he preguntado mil veces si lloró cuando estaba tan mal; él dice que no, porque siendo muy tierno, tiene el pudor de no demostrarlo; pero yo sé, por las sirvientas, que andaba gimoteando por los rincones. También le preguntaba si se hubiera vuelto a casar si yo llego a morirme. Su respuesta fué muda, pero elocuente.
Con estas graves palabras y con ciertos ¡bah! y ¡oh! muy expresivos y cariñosos de los comensales la joven señora se dio por satisfecha y para demostrarlo se desquitó de aquella inesperada privación atacando de un modo alarmante a las yemas de coco. Pasaron a la serre a tomar el café, donde les sorprendió poco después la llegada del marquesito del Lago.
Para demostrarlo, presentaré aquí los números comparativos de varias plantas, entre los años de 1828 y 1831. Los ganados pertenecientes al Estado se componian, en 1830, de tres mil trescientas noventa y cuatro vacas, cincuenta y cinco caballos, cuatro mulas, sesenta ovejas y veintinueve cerdos.
Puede decirse que actualmente, lejos de pagarse más, el beneficio que al indio resulta es evidente. Vamos á demostrarlo en pocas palabras.
También aquí se habla con el más profundo desprecio de las joyas verdaderas del teatro español, pero también, por patriotismo, se intenta probar que no faltan en España tragedias artísticas y perfectas, en la acepción genuína de esta palabra, numerándose, para demostrarlo, todas las imitaciones secas y frías de las tragedias antiguas, hechas por españoles, desde Pérez de Oliva hasta Francisco López de Zárate, y celebrándolas como las alhajas más valiosas del Parnaso español; por último, Josef Velázquez, en sus Orígenes de la poesía española, publicados en 1754, reprodujo los juicios críticos de los tres literatos mencionados, pero añadiendo que esos literatos no tenían necesidad alguna de esforzarse en probar su tesis, contraria al teatro nacional español, porque siempre las personas ilustradas y eruditas no le habían dispensado estimación alguna; no así el populacho ignorante.
También en España, para tratar de nuevo de nuestro asunto, no se hicieron escrúpulos sus dramáticos desde un principio de imitarse unos á otros; y para demostrarlo con ejemplos aislados, encontramos el primero en las obras de Gil Vicente, que se apropia muchas escenas de Juan del Encina . El auto portugués, de Moralidade, de Gil Vicente, se imitó poco después en España, con algunas variaciones, en la tragicomedia alegórica Del Infierno y del Paraíso; y aunque Lope de Vega casi siempre desenvolvió argumentos suyos originales, nadie se avergonzaba en su tiempo, y así lo hemos demostrado en distintas ocasiones, de apropiarse, mejorándolos, ideas y argumentos ajenos .
Palabra del Dia