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Su pensamiento no estaba en el asunto: teníalo agitado, como siempre, por aquella duda fatal que acibaraba aún más que la dolencia corporal sus míseros días. Con la mirada fija y zahorí del que se acerca a la tumba, atravesaba la hermosa frente de Clementina inclinada sobre el libro y deletreaba confusamente allá dentro sin lograr adquirir la certidumbre que ansiaba.

Llegaba a leer el aquí yace fatal y deletreaba nombres; entre éstos el suyo. Antojábasele el edificio, inmenso panteón de vivos.

La muchacha se dormía por las noches apenas deletreaba él a la luz del candil alguno de los folletos de la buena época, los renglones cortos de Barcia, que le entusiasmaban como una resurrección de su juventud.

Equivalía a una burla infame citar su nombre a todas horas, como gloria y bandera de las aspiraciones hacia el pasado, mientras sus restos permanecían en un rincón, sin el más leve signo de homenaje, como los de un hombre que hubiese atravesado la vida sin ruido y sin afectos. Feli deletreaba las inscripciones en lápiz que ennegrecían el yeso alrededor del nicho.

Trataba de reverendos a los machos que le ayudaban a ganar el pan, y cuando en los ratos de descanso se sentaba a la puerta de la cochera, deletreaba penosamente, con vozarrón que se oía hasta en los últimos pisos, sus periódicos favoritos, los papeles más abominables que se publicaban en Madrid, y que algunas señoras miraban desde arriba con el mismo terror que si fuesen máquinas explosivas.

«Pues no lleva usted ahí pocas cosas dijo la Petra, cogiendo el libro y hojeándolo rápidamente, con mohines de lectora, aunque más bien deletreaba que leía . ¿Esto qué es? Un libro para llevar cuentas. ¡Cómo me gusta! Marzo, dice aquí, y luego Pe...setas, y luego céntimos. Es mu bonito apuntar aquí todo lo que sale y entra.

Y ella balbució con su vocecilla de plata: Carmen.... ¿Y tu mamá?... Mamá.... ¿Y tu papá?... Padrino.... ¿De dónde vienes? De allí y señaló con un dedito torneado, del lado del jardín. ¡Claro, como las flores! dijo Rita encantada de la docilidad graciosa de la niña. Rita deletreaba las facciones de la pequeña con avidez, como quien busca la solución de un enigma.