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No hay duda que los cuadros líricos sentimentales y las prolijas narraciones, así descriptivas como pintorescas, que encontramos en ella, se ajustan á las circunstancias y á la disposición de ánimo de los interlocutores, aunque sin dejar por esto de tener por mismos gran importancia, y sin dañar tampoco al carácter dramático del todo, formando un organismo aparte, y destacándose notablemente, por su índole, del diálogo.

Tan pronto hacía una excursión a París, tan pronto a Londres, tan pronto a Berlín y Roma; todas rápidas, porque no quería dejar a su hermanita sola mucho tiempo. En los días que pasaba en el Sotillo solía subir alguna que otra tarde al Escorial y allí conoció a Elena. Elena era huérfana de un farmacéutico.

No pude dejar de abrigar fuertes sospechas de que Melandrini, cuyos movimientos eran tan misteriosos y llenos de recelo, debía haber tenido alguna parte en el robo hecho a Blair de esa pequeña y curiosa bolsita que me había legado en su testamento. Esta era una extraña fantasía que me había forjado, pero que, a pesar de todos los esfuerzos que hacía, no podía desechar de mi mente.

Aprovechándose de este intermedio, trató el lúgubre de entablar de nuevo el consabido palique. Pero la situación no es desesperada dijo. Con ingenio puedes vencer y dejar á ese señor de las vacas y carneros con un palmo de boca abierta. Si yo pudiera.... Le mié nozze colei meglio á affretare.

Lo único que nos falta es que Sir León de Morel se avenga á dejar su castillo una vez más y á empuñar la espada, poniéndose al frente de nuestros arqueros. No sería poca fortuna para ellos, observó el físico, porque exceptuando á nuestro príncipe y al noble señor de Chandos, no hay en todo el reino mejor lanza, ni valor más probado que el de Sir León de Morel.

Una noche despertó a su esposa el lector de fondos diciendo: Oye, Paca, ¿sabes que no puedo dormir?... A ver si entiendes esto que he leído hoy en el periódico. «No deja de dejar de parecernos reprensible...». ¿Lo entiendes , Paca? ¿Es que les parece reprensible o que no? Hasta que lo resuelva no puedo dormir....

Mucho peligro. Le acechan á usted. Yo he venido acompañado, por temor de tener algún encuentro. Pero no tema usted. He traído bastante gente y estamos seguros. Ahora mismo se van á marchar ustedes. ¿Y saldremos ahora mismo? dijo Clara con alegría, esperando no ver más aquel tragaluz y dejar para siempre á Madrid. , ahora mismo.

El autor del secreto decide lo que quiere dejar registrado, y entonces arregla las treinta y dos cartas en el orden que desea.

Como que no es otra cosa que un garrote de panojas de la otra cosecha que estoy poniendo encima de tu cuarto. Á buena hora te has acordado de hacerlo. Como los criados han estado cogiendo todo el día en la mies, no se ha podido hacer hasta ahora. Ya podías haber avisado antes, ó dejar la operación para mañana.

En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas había allí residido. Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte, continuó Roelas en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en aquel pueblo.