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Este enemigo era otra sastra, que vivía pared por medio, y que, por la natural divergencia de opiniones entre los que se dedican á una misma industria, les había declarado guerra á muerte.

He aquí una de las ventajas de los que se dedican a graciosos en nuestro país: en sabiendo decir lo que pasa, cualquiera tiene gracia, cualquiera hará reír. Sea esto dicho sin ofender a nadie. El periódico tratará... de todo. ¿Qué menos?

Terminada esta operación, que por lo regular siempre finaliza con escenas violentas, se dedican á "forragear", lo que significa procurarse cada cual sus alimentos para el día, en cuya labor no reparan en medios, pues lo mismo saquean una bodega, que le roban á un campesino todas sus aves de corral.

Así se pasa el tiempo del encuentro; luego son separados los adversarios; sus testigos van a confortarlos, en tanto que los doctores se dedican al masaje del antebrazo. Pero ¿por qué no intenta usted un pequeño ataque?

La juventud no hace otra cosa. La danza es una especie de rito sagrado, prohibido durante la guerra; y todos se dedican ahora á bailar, con el fervor del fanático que al fin ve triunfante su perseguida religión. El príncipe recuerda su paso reciente por París. Nunca vió las mujeres mejor vestidas, con un hambre tan manifiesta de placer y de lujo.

No se crea, no obstante, que, siendo tan lucrativo este oficio, se dedican muchas mujeres a él y abaratan el mercado con la competencia. En todo el territorio de Córdoba ha vivido siempre gente muy hidalga y harto difícil en puntos de honra.

Los enfermos raras veces se dedican á estudios serios, y así sus equivocaciones son de poca trascendencia; ademas que ellos mismos, ó sus allegados, bien pronto notan la alteracion del órgano, con lo cual se previene oportunamente el error.

Verdaderamente no era guapo; su rostro estaba envejecido, mustio, lleno de arrugas; sus ojos no tenían brillo; las gafas le habían dejado una señal roja en lo alto de la nariz. Había en su fisonomía un no qué de gris, de muerto, como si no fuera la de un hombre vivo, sino la mascarilla de un cadáver. No parecía ni un espía ni uno de los que los espías se dedican a perseguir.

Millones de hombres se dedican á sorprender el pez salvaje que se agita en las aguas: y muy poco numerosos relativamente son los que se ocupan en coger su presa para cautivarla y devorarla cuando lo crean conveniente. En los países llamados civilizados, la caza no es otra cosa que un pasatiempo y la persecución de las bestias salvajes ha sido reemplazada por la cría de animales para el matadero.

Cierto contestó el profesor ; pero esos hombres, en realidad, no pertenecen al ejército; más bien son esclavos, como los atletas que se dedican á los rudos trabajos de fuerza. Nuestro ejército es á modo de una aristocracia femenil, y no puede encargarse de las funciones de policía, que considera faltas de gloria.