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Y ahora no he podido alejarme sin decirte adiós. ¡Ay! Si él no hubiese sentido la fatal curiosidad... Si se hubiera limitado a amarla como ella quería... ¡qué felicidad la de los dos!... No puedo censurarte.

Algunos gobernantes tímidos hablaron diversas veces de destruir todo esto, pero desistieron al fin, pensando que van transcurridos cincuenta años y la explosión é inutilización de tales materiales serviría para despertar la curiosidad de las gentes de ahora, que no tienen la menor idea de su existencia. Usted no sabe lo bien que ha trabajado nuestra instrucción pública para borrar el pasado.

Doña Luz recibió con veneración el manuscrito del Padre, y no bien D. Acisclo la dejó sola, le abrió con ansiosa curiosidad y se puso a leerle. En su impaciencia hojeaba y recorría todas las páginas, devorando al vuelo su contenido, procurando comprender el conjunto, y dejando para después el leerlo todo con detenimiento. A poco de hojear, dio doña Luz con las hojas sueltas.

El Comendador, á pesar de sus distracciones, miró á Doña Clara con extraordinaria curiosidad. Era una niña de poco más de diez y seis años. El color de su rostro, de un moreno limpio, teñido en las mejillas y en los labios del más fresco carmín. La tez parecía tan suave, delicada y transparente, que al través de ella se imaginaba ver circular la sangre por las venas azules.

Por eso, y por las observaciones y peligros que más atrás apunté, los señores bailarines de las romerías determinaron amparar su diversión favorita con un muro sólido y elevado, contra la curiosidad irreverente de la muchedumbre.

Bien pronto descubre la silenciosa mansion donde buscan asilo, léjos del mundo, la inocencia y el arrepentimiento. Llega, apéase, llama, con una mezcla de respeto y de curiosidad; y al pisar los umbrales del monasterio se encuentra con un venerable anciano, de semblante sereno, de trato cortes y afable.

Anda, Elena, siéntate en el banco, bajo la glorieta dijo el aya . Tengo que entrar en la casa con Catalina, para hablar de un asunto importante. Toma, aquí tienes mi bolsa de labores, en ella encontrarás un tejido. Ten paciencia, que volveré a buscarte dentro de algunos minutos. Se alejó, y entró en la casa con Catalina, cuyo corazón palpitaba de curiosidad.

Un gañán sostenía las riendas de la jaca y los demás trabajadores formaban un grupo a corta distancia, contemplando al recién venido con curiosidad y respeto. Era un hombre de mediana estatura, más bien bajo que alto, carilleno, rubio y de miembros cortos y fuertes.

EL público que ha sentido la emoción de la poesía, que ha reído con las comedias y que ha seguido febril por el interés los episodios de un héroe de novela, tiene, sin duda, una gran curiosidad por saber cómo han sido escritas las obras literarias de su predilección.

Aquella ocurrencia me pareció bastante rara, aun para soñada; ¡el sacrificio de mi bien cuidada barba y aguzada perilla transformarme en un monarca! Hallábame a punto de besar otra vez a mi princesa, cuando me convencí, muy a mi pesar, de que estaba despierto. Abrí los ojos y vi a dos hombres que me contemplaban con gran curiosidad. Ambos vestían trajes de caza y llevaban sus escopetas.