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Otras salían arrastrando zapatos en chancleta por aquellos empedrados de Dios, y al ver a las forasteras corrían a sus guaridas a llamar a otras vecinas, y la noticia cundía, y aparecían por las enrejadas ventanas cabezas peinadas o a medio peinar. «¡Eh!, chiquillos, venid acá» repitió Guillermina; y se fueron acercando escalonados por secciones, como cuando se va a dar un ataque.

¡Y nada de esto se parecía al anochecer!..... Lo imponente era el ver que allá, en las regiones superiores del cielo, seguía siendo de día, mientras que en la infortunada tierra y en su atmósfera cundía la obscuridad. Es decir: ¡que la luz del cielo no llegaba ya á la tierra! Por lo demás, á la simple vista no se notaba todavía alteración alguna en el disco del sol.

No podía ni quería retroceder y charlar de nuevo y reanudar amistades con las mozuelas que antes había tratado, las cuales, ofendidas ya, le darían acaso mil sofiones; ni menos podía intimar, aunque lo desease, con las hidalgas y con las hijas de los labradores ricos, que se preciaban de señoritas y que huirían de ella, así por la humilde posición de su madre como por su ilegítimo nacimiento y por la mala fama que le habían dado en el lugar, y que entre todos sus habitantes cundía.

Nada recordaba en aquel momento los vanos cuadros de los poetas; únicamente que, por un extraño contraste, cuanto más cundía mi desaliento, tanto más animado él se presentaba. Todas aquellas olas electrizadas por tan furioso movimiento hallábanse grandemente estimuladas y en posesión como de un alma fantástica.

Desde la venida del diputado D. Jaime, el Padre iba cada día deteniéndose menos en casa de su tío, y por consiguiente quedando más tiempo en su estancia solitaria. La obra, con todo, no cundía ni adelantaba por eso. Antes bien, el padre escribía en ella menos que nunca.

En el mismo sentido se expresaba el P. Rávago, confesor del imbecil Fernando VI, asegurando al Superior de los Misiones, que el Rey, víctima de las intrigas de su consejero Carvajal, autor del tratado, no se le habia opuesto hasta entonces por pusilanimidad é ignorancia. Entretanto la insurreccion, que cundia en los pueblos de Misiones, no dejaba mas arbitrio que el de la fuerza para sofocarla.

La escena fue rápida, casi muda: el aparecer ella y el despedirse él, ocurrió en un momento. «¡Qué bonita esse decía luego Pepe al echar a andar, ya fuera de la verja del jardinillo de la casa. Durante las mañanas sucesivas, don Luis entró en varias ocasiones a ver cómo llevaba el muchacho su trabajo, que cundía poco, porque el rato que pasaba allí era corto.

Pero de pronto la institución empezó a crecer; se hinchaba y cundía como las miserias humanas, y sus necesidades subían en proporciones aterradoras. La dama pignoró los restos de su legítima; después tuvo que venderlos. Gracias a sus parientes, no se vio en el trance fatal de tener que mandar a la calle a los asilados a que pidieran limosna para y para la fundadora.

En suma, aunque el diputado y su alter-ego D. Paco eran casi tan avisados y prudentes como Ulises, a quien la propia Minerva, descendiendo ad-hoc del Olimpo, inspiraba la más severa justicia distributiva para repartir pedazos de buey asado en los banquetes a los héroes de la Ilíada, o ya porque repartir turrónes más arduo que repartir roastbeef, o ya porque los electores de España son más descontentadizos que los semi-dioses y guerreros aqueos, ello es que el disgusto cundía y que había mar de fondo hasta en la misma capital del distrito.

De este modo cundia el fraude por obra de aquellos mismos que debian atajarlo, y se sorprendia la conciencia pública hasta en los documentos auténticos. La poca instruccion que reinaba en las clases privilegiadas, favorecia estas imposturas, y hacia mas dificil su manifestacion.