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Hasta en esto admiraba doña Cristina el talento y la virtud de los Padres. ¡Si todos los teatros fuesen como aquél, podrían asistir sin miedo las madres cristianas! La música era de las zarzuelillas y revistas en boga: pero en la letra está el pecado, y las palabras eran de ciertos Padres aficionados á la versificación. La mujer estaba excluida de todas las obras.

La víspera de la llegada del obispo, que fue el 15 de julio, víspera también de la Virgen del Carmen, Juana había trabajado ya mucho, sudando el quilo para condimentar los manjares y las golosinas, y hasta para disponer el aparato y la magnificencia que habían de desplegarse en la recepción y en el hospedaje de su señoría ilustrísima, y en el refresco y ambigú que había de darse en aquella casa a todo lo más granado e ilustre de la villa, después de terminadas las cristianas ceremonias de la confirmación y del bautismo.

Nuño tiene dos hermanas famosas por su belleza, y la mayor, llamada Leonor, es la prometida de Iñigo. Leonor se ha quejado en algunas ocasiones de la vergüenza, que recae sobre los españoles en sufrir que se entreguen á los infieles mujeres cristianas.

Este eclesiástico se mantuvo con la mayor entereza, á vista del peligro que le amenazaba: preguntándole si los azotaria, les respondia, que , cuando diesen motivo, por no quererse instruir en las obligaciones cristianas.

Satanás abandona el campo, y Cipriano se refugia al punto en una montaña para recibir el Bautismo de un ermitaño cristiano; después, ansiando sufrir el martirio, se presenta en Antioquía como confesor de las verdades cristianas, y es condenado á muerte. Justina ha sido ya encarcelada por igual motivo.

Si ellas eran muy cristianas y católicas, ¿a qué conducía el volverlas santas y mártires a quemarropa? Por su parte, D. Manuel conceptuaba indispensable el freno religioso para el sostenimiento de la sociedad y el orden. Siempre había defendido la Religión y le parecía muy bien que los gobiernos la protegieran, persiguiendo a los difamadores de ella.

Á las naves bien artilladas no osaron los turcos, contentándose con las que en aquel desorden les eran abandonadas, acreditando la experiencia la razón con que algunos jefes habían sostenido en el Consejo que en la unión de las fuerzas cristianas consistía su salvación.

Por ejemplo: Luz seguía fuera del colegio las prácticas cristianas a que se había acostumbrado en él. Iba a la iglesia a menudo y tenía sus rezos en casa. Pues a todos estos actos piadosos la acompañaba su madre. Algo la mordían sus amigas, y con gran donaire se sacudía ella de las zumbas; pero seguía yendo a la iglesia y rezando con su hija, muy a su placer.

El hombre misterioso que lo habitaba debía de odiar tanto la luz del sol como la de la fe. El P. Gil dirigía luego la vista al cielo y daba gracias a Dios desde el fondo del corazón por haberle tenido siempre de su mano, por haberle hecho nacer y vivir en la región luminosa de las santas creencias cristianas.

El interés religioso es en este período de transicion el mas postergado por las naciones cristianas, y la católica España, si no pierde de vista completamente los deberes que su le impone, parece al menos no curarse de ellos sino de tarde en tarde, cuando puede utilizarlos como derechos en pró de su ambicion particular.