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No pequeña parte del libro del Sr. García Pérez la ocupa otro linaje de escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos escritos y vidas eran hasta ahora muy poco ó nada conocidos, á no ser por sujetos de mucha erudición ó muy consagrados á un estudio especial.

El sentimiento y el indio. Filosofía del icao ang bahala, y el talagá nang Dios. El cementerio de Tayabas. La vida y la muerte. ¡Eterno olvido! El dasalan. Creencias. El lungcasan. Último recuerdo del vivo al muerto.

Pero á pesar de esto, el lienzo era el Sancta Sanctorum de la casa, y representaba los sentimientos y creencias da todos los Porreños, desde el que pereció en Andalucía con Lope Díaz, hasta las tres ruinosas damas, que en la época de nuestra historia quedaban para muestra de lo que son las glorias mundanas.

Un último favor del destino colocó á mi lado un sacerdote excelente, el capellán del presidio, que se interesó por mi desgracia al verme tan diferente de mis compañeros de expiación. Se dedicó á conducirme al bien y de sublevado y furioso, me convirtió en dulce y resignado. Despertó en mi alma las creencias de la infancia y me mostró el cielo como supremo recurso y la oración como único consuelo.

Me ha costado mucho dolor, muchas horas de insomnio, muchas lágrimas separarme de ellas. Déjeme usted que a cambio de tantas lágrimas me ría ahora un poco. De modo dijo el sacerdote con mal reprimida agitación que, olvidando por entero las creencias que usted mamó, la santa religión de sus padres, se declara usted enemigo de Dios...

Crea usted que lo siento, pues no me gusta herir las creencias de nadie, y más aquellas que forman el ideal de nuestra vida. Pero la verdad es la verdad. A usted no le importa nada la cuestión social, ¿no es cierto? Ni la conoce, ni le habrá preocupado un solo instante.

En aquella edad, pensar así en España y en sus dominios ya hemos dicho que era expuesto; pero D. Fadrique tenía el don de la mesura y del tino, y sin hipocresía lograba no chocar ni lastimar opiniones ó creencias.

Yo soy librepensaor creyó del caso afirmar ante un grupo de amigos . Yo respeto toas las creencias; pero lo de ahí dentro, pa , es... «líquido». No quiero faltarle a la Macarena ni quitarle lo suyo; pero camará, ¡si mangue no acude a tiempo a llevarse al toro cuando Juaniyo estaba en el suelo...!

Para eso aténgase usted a su catecismo, Elena... He lamentado muchas veces que esté usted aquí expuesta a oír discursos que hieren sus creencias... Si alguna palabra mía lo ha hecho alguna vez, pido a usted de todo corazón que me perdone. Me acusaría siempre de haber cambiado en algo las ideas que le han hecho a usted ser lo que es. Recordé que su padre dijo un día lo mismo delante de .

No se pueden ofender tan descaradamente las sagradas creencias de nuestras esposas, etc., etcAlgunos con estas pérfidas insinuaciones, dejaron la suscripción del periódico. Los redactores y su director, que adivinaban de dónde venía el golpe, estaban grandemente indignados. Gabino Maza, secundado por el no menos díscolo Delaunay, no cejaba en su campaña de murmuración.