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Y andaba más aprisa a cada momento, volviéndose con una frecuencia creciente, lanzando en todas direcciones miradas de pavor, hasta que caía muerto de cansancio en la cama.

Contra lo que pudiera presumirse, don Fermín no cayó como un rayo sobre él. Sacó un inmenso pañuelo de yerbas para sonarse y replicó: No qué le diga a usted, D. Félix; ahora está toda la savia arriba y apenas ha caído flor... ¡Eso qué importa!... Los perales tienen la corteza dura, y los castaños y los nogales lo mismo dijo el escribano con creciente osadía.

Lázaro oyó esta apología de su infeliz amiga con toda la atención de que era capaz. Pero no se agitó más de lo que estaba, porque era imposible. ¿Qué tienes, Paula? dijo Paz á la devota, que estaba muy pálida y con muestras muy claras de no encontrarse bien. En efecto: todos la miraron, y notaron en ella las señales de un malestar creciente. Tenía los ojos encendidos y el aliento penoso.

Luego, en la creciente obscuridad del salón sonaron los rudos acordes que acompañan al héroe a la tumba; la fúnebre marcha de los guerreros llevando sobre el pavés el cuerpo membrudo, blanco y rubio de Sigfrido, interrumpida por la frase melancólica del dios de los dioses.

Con este motivo escribió Lope un Nuevo arte de hacer comedias, obrilla interesante para fijar su carácter como dramático, merecedora de que no la pasemos por alto, y de la cual trataremos después . Por este tiempo se vió Lope empeñado en diversas disputas literarias, ocasionadas en lo general por la mezquina envidia de otros escritores menos renombrados, en odio á su fama siempre creciente.

Desde hace algún tiempo se nota en nuestra sociedad una preocupación creciente contra la inmoralidad, contra el vicio, contra la pereza, en general, contra los con razón llamados males sociales.

Le he escrito en ese tiempo tres cartas y en todas le manifestaba mi creciente angustia. ¿Las ha recibido usted? ¡Oh! Si hubiesen llegado a sus manos, estoy segura de que no habría permanecido tan callado sabiendo cuánta pesadumbre me causa su silencio. »Al saber ahora que aún vive y a dónde debo dirigirle mis cartas escribo por cuarta vez.

Cada uno de los aparatos era manejado por tres barberos, que rascaban con energía este cutis humano más grueso que el de un elefante del país, llevándose una gruesa ola de espuma, con las cañas negras de los pelos cortadas al mismo tiempo. Abajo, en torno de las piernas del Hombre-Montaña, el desorden iba en aumento. Los jinetes eran escasos para contener la creciente muchedumbre de curiosos.

Luciana me suplicó que nos fuésemos, alterada de nerviosa impaciencia por escaparse de aquella atmósfera de muerte. Es tarde, y su padre de usted estará inquieto dije a Elena, que se levantó en seguida. La última mirada a la difunta, unas cuantas palabras dulces a los niños, con promesa de volver a verlos, y hétenos en marcha por la creciente sombra que invade el camino.

Nunca había tenido malas inclinaciones, y con irritación creciente, despedía a las gentes unas tras otras, porque la noticia de que era brujo se había esparcido hasta Tarley; así es que transcurrió mucho tiempo antes de que se dejara de hacer largos trayectos con el objeto de pedirle ayuda. Entonces, la esperanza en su poder oculto se convirtió en temor.