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El ferrocarril de Valencia surca el valle hácia el sur, cortará la serranía por el abra ó "puerto" de Almanza, y se ligará en la villa de este nombre con el ferrocarril que enlaza á Madrid con Alicante. El tránsito por la via férrea desde Valencia hasta adelante de Alcudia, donde terminaba la seccion en servicio, tiene no qué de fabuloso, que hace recordar los cuentos de las Mil y una noches.

14 Se cortará cedros, y tomará encina y alcornoque, y se esforzará con los árboles del bosque; plantará pino, que se críe con la lluvia. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto; 18 No supieron, ni entendieron, porque untó sus ojos para que no vean; y su corazón, para que no entiendan.

Paez que el viento, al rebombar en el cañón de la chimenea, me dice algo que nunca había oído yo antes; pero algo muy temeroso y muy triste... vamos, que ajuyera de ello de buena gana, si el temporal de afuera no me cerrara todos los caminos de escape, y el frío no me encadenara los remos y no me cortara la poca respiración que me queda en el gaznate... Otra cosa nunca vista: te puedo jurar que no me asusta la muerte porque soy viejo y cristiano y que ha de venir sin tardar mucho y que me toca esperarla confiado en la misericordia de Dios, como la espero; y con ello y con todo, me espanta la enfermedad que me va quitando la vida. ¿Cómo se explica este potaje? ¿Qué te parece a ti que será esto, Marcelo?

49 y comenzare a herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 51 y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. 1 Entonces el Reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2 Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco fatuas.

Don Máximo le tomó el pulso y dijo: No es más que un amago de vahído, que se cortará con el agua. En efecto, después que la bebió y se hubo sentado en el sofá empezó a serenarse, y a los pocos minutos ya estaba completamente bien. Siguió la conversación. Quince días por lo menos se habló de la excursión al Moral y a la Isla.

LA CHOUTE. ¡Es preciso...! Para las arrugas de la frente, el cirujano le hará a usted ahí, bajo los cabellos, a derecha e izquierda, dos incisiones, cortará dos pedazos de piel y coserá; para las arrugas del cuello, le hará otras incisiones detrás de las orejas. LA CHOUTE. ¿Quiere usted ser amada, señora...? ¡Entonces, sométase a lo inevitable...! ¡De lo contrario, déjese dominar por la vejez...!

Nébel, que cortara sus estudios a la muerte de su padre, sabía lo suficiente para prever una rápida catástrofe; el riñon, íntimamente atacado, tenía a veces paros peligrosos que la morfina no hacía sino precipitar. Ya en el coche, no pudiendo resistir más, había mirado a Nébel con transida angustia: Si me permite, Octavio... ¡no puedo más! Lidia, ponte delante.

Y aquí cortara la visita doña Guiomar, y al señor Ginés de Sepúlveda dejara irse, por volver cuanto antes al jardín, impulsada por el ansia en que la tenía el haber dejado a solas y en lugar apartado y espeso a Miguel de Cervantes y a Margarita; que sobresaltada estaba la hermosísima viuda, y celosa y con toda el alma puesta en el jardín, antojándosela que oía ternezas y veía rendimientos que Cervantes prodigaba a Margarita.

Como una pulgada nada más había de tierra floja. Los reyes son caprichosos, y este reyecito quería salirse con su gusto. Mandó pregoneros que fueran clavando por todos los pueblos y caminos de su reino el cartel sellado con las armas reales, donde ofrecía casar a su hija con el que cortara el árbol y abriese el pozo, y darle además la mitad de sus tierras.

Yo no puedo ofenderme de lo que me da risa. ¿Y qué os da risa en esto? El secreto que gastáis... como si no supiéramos que en palacio es muy fácil tener amores altos. Como es muy difícil que vos dejéis de ser una deslenguada. Os advierto, hermano bufón, que si mi esposo os oye, que pudiera ser, os cortará una oreja. ¡Bah! ¡el escuderote!