United States or Colombia ? Vote for the TOP Country of the Week !


En seguida se ofrecen a nuestra memoria Colón, Vasco de Gama, Magallanes, Vives, Suárez, Victoria y Domingo de Soto, Ignacio de Loyola y Lutero, Rafael y Miguel Ángel, Ariosto, Camoens y Shakespeare, Galileo, Baccon y Copérnico, y otro centenar de varones extraordinarios, en toda clase de obras propias del ingenio y del entendimiento humanos y para todos los gustos, creencias y doctrinas.

A estas horas, el Estudiante, no creyendo su buen suceso y deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región donde había arribado, por las estranjeras estravagancias de que estaba adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de garabato, que descubría sobre una mesa antigua de cadena papeles infinitos, mal compuestos y ordenados, escritos de caracteres matemáticos, unas efemérides abiertas , dos esferas y algunos compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente, como quien profesaba letras y era algo inclinado a aquella profesión, a revolver los trastos astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que, pareciéndole imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la atención papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no era engaño de la fantasía, sino verdad que se había venido a los oídos, dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente: ¿Quién diablos suspira aquí?, respondiéndole al mismo tiempo una voz entre humana y estranjera: Yo soy, señor Licenciado, que estoy en esta redoma, adonde me tiene preso ese astrólogo que vive ahí abajo, porque también tiene su punta de la mágica negra , y es mi alcaide dos años habrá.

A estas horas, el estudiante, no creyendo su buen suceso, y deshollinando con el vestido y los ojos el zaquizamí, admiraba la región donde había arribado por las extranjeras extravagancias de que estaba adornada la tal espelunca, cuyo avariento farol era un candil de garabato que descubría sobre una mesa antigua de cadena papeles infinitos, mal compuestos y desordenados, escritos de caracteres matemáticos, unas efemérides abiertas, dos esferas y algunos compases y cuadrantes, ciertas señales de que vivía en el cuarto de más abajo algún astrólogo, dueño de aquella confusa oficina y embustera ciencia; y llegándose don Cleofás curiosamente como quien profesaba letras y era algo inclinado a aquella profesión , a revolver los trastos astrológicos, oyó un suspiro entre ellos mismos, que pareciéndole imaginación o ilusión de la noche, pasó adelante con la intención, papeleando los memoriales de Euclides y embelecos de Copérnico; escuchando segunda vez repetir el suspiro, entonces, pareciéndole que no era engaño de la fantasía sino verdad que se había venido por los oídos, dijo con desgarro y ademán de estudiante valiente: " ¿Quién diablos suspira aquí?"

Copérnico y Galileo fueron los primeros en descubrir y demostrar esas dos grandes verdades astronómicas. Duración del año.= La duración del año, esto es, del tiempo que la Tierra tarda en efectuar una de sus revoluciones alrededor del Sol, ó bien, del tiempo que transcurre entre dos pasos por el mismo equinoccio, es de: 365 días 24 ó 365 días 5 horas 48 minutos y 47 segundos.

Arrancad del hombre la fe invisible que palpita en el corazon de esa mujer inmensa, de ese dia de gloria y de infortunio para nuestro país, y Galileo no dirá al mundo escandalizado que él siente que la tierra se mueve bajo sus piés; ni la ardiente mirada de Copérnico, surcando el éter, como el águila surca el espacio, volará á la esfera celeste y robará á los astros su ciencia y sus prodigios: ni un hombre colosal, fabulosamente colosal, colosalmente grande y atrevido, medirá la extension de los mares y de la tierra con el infalible compás de su genio, ni su milagrosa voluntad domará las olas del Océano desde una frágil caravela; ni un poeta sencillo; ni un romancero oscuro, ni un pobre manco, pondrá la mano sobre el papel, entre las sombras de una cárcel, para admirar al universo con el primer libro que han escrito los hombres: Miguel de Cervantes Saavedra no hubiera escrito su ingenioso Hidalgo.

Dice COPERNICO, y antes de él algunos antiguos, que la tierra da cada dia una vuelta entera sobre su exe, y que en un año la da al rededor del Sol, que supone estar en el centro del mundo; y considerando el entendimiento, que no se conforma este hecho que refiere Copérnico con las verdades que alcanzamos con los sentidos, le mira con desconfianza.

Las grietas en la estructura dieron espacio para el aire y la luz, en un tiempo en que nuevas corrientes empezaban a soplar y nueva luz a brillar. Veinte años antes del cisma de Lutero, Colón había descubierto el nuevo mundo. Copérnico, muerto en 1543, dejó su enseñanza al mundo en que el protestantismo acababa de establecerse.

También en Italia añadió donna Olimpia anda desde hace años muy válida la opinión de que no es la tierra, sino el sol quien está en el centro; y ya, en mi primera mocedad, conocí yo y traté en Roma a cierto doctor polaco, cuyo nombre era Nicolás Copérnico, que enseñaba dicho sistema y andaba muy afanado componiendo un libro, que pensaba dedicar al Papa, sobre las revoluciones de los orbes celestes.

Ello es lo cierto que con aplicación y estudio sería fácil demostrar que en el siglo XVI apenas hubo audacia científica o filosófica, condenada en otras naciones, que a pesar de la Inquisición no hallase acogida entre nosotros: sistemas de Copérnico y de Galileo, transformación de las especies, generación espontánea, seres racionales distintos de la prole de Adán y de los ángeles, y en suma, cuanto a un escritor o pensador se le ocurriese soñar, probar o dar por demostrado, como no transcendiera a judaizante, morisco, luterano o calvinista.

Jamás la Inquisición de España se regaló ajusticiando víctimas tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jamás la Inquisición de España condenó, sino que aplaudió, defendió y ensalzó á Copérnico, á Galileo y á otros sabios, á quienes en tierra donde no había Inquisición condenaban.