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Temía, por lo que ya he dicho, volver a las conversaciones íntimas, y no se me ofrecía en aquel instante objeto de qué tratar. Noté que Gloria me miraba con frecuencia, sonreía levemente, bajaba la vista y otra vez volvía a mirarme y sonreír, moviendo los labios un poco, cual si le viniesen deseos de decirme algo y no se atreviese.

Hablábase mucho en los apretados corrillos; oíanse los lamentos de los que ya nada esperaban y de los que temían, y no faltaba quien, para desvanecer tristes presentimientos, hiciera risueños cálculos; pero siempre flotaba sobre el llanto y las conversaciones, como respuesta á una pregunta que no se cesaba de hacer, esta frase: ¡Todas están allá!

Todo me parece artificial y contrahecho, las figuras, las fisonomías, las actitudes, las conversaciones, los sentimientos... Parece que, aquí, todo el mundo desconfía de la Naturaleza y trabaja para alejarse de ella; y todos viven con tal soltura en estas sutiles complicaciones, que estoy al verlos estupefacta, sin aliento y anonadada. Me cuesta trabajo comprender y no soy comprendida.

Pudo haberse concluido antes, pero lo estorbaron dos causas: la primera, que don Luis, cayendo en la cuenta de que podía escribir al distrito por mano ajena, ni más ni menos que un ministro, empleó a Pepe como amanuense; y la segunda, que las conversaciones de éste con Paz fueron adquiriendo mayor desarrollo y duración cada día.

Estaba seguro de haber oído hablar más de una vez en su casa de la marquesa de Montálvez, no recordaba si para bien o si para mal, ni con qué motivo, porque no se fijaba nunca en el tema de las conversaciones que no le interesaban probablemente sería para mal, porque, para bien, jamás tomaba en boca su madre el nombre de ninguna señorona. Manías sin importancia de la pobre mujer.

Y cuando Ojeda quedaba solo, ella parecía ocultarse, huyendo de reanudar sus conversaciones. A los ojos escrutadores de Maud no escapaba cierto hermoseamiento de la antigua artista, un mayor cuidado en el adorno de su persona. Fíjese, señor: su amada hace grandes gastos. Hoy va de blanco de pies a cabeza; un traje de piqué, planchado y almidonado; una verdadera coraza.

Las conversaciones se habían suspendido. La gente se había acercado al columpio y formaba círculo en torno para jalear á la simpática cantaora. En aquel instante Manolo Uceda, á quien el chico de la tienda de Velázquez había dicho dónde estaban sus amos, apareció en la puerta del patio y quedó inmóvil contemplando la escena.

Por las que recogió Bermúdez de Castro, aparece domiciliado en París, en trato íntimo con el Soberano, que gustaba mucho de sus pláticas y le llamaba «su maestro de cuentosobsequiado de los palaciegos y de los personajes de la alta nobleza, con regalos y favores; siendo objeto de todas las conversaciones; en todas partes buscado y atendido; pasando la vida entre festines; haciendo ostentación de criados extranjeros y manifestaciones múltiples del lujo .

En las últimas noches de Agosto iba alguna vez al Prado, donde se reunía con las Cucúrbitas, y aunque horriblemente atormentada por la idea del compromiso inminente, tomaba parte en las conversaciones ligeras de la tertulia. Se formaba un grupo bastante animado, al que concurrían algunos caballeros.

La gran calle recta que cruza el pueblo estaba desierta. Al pasar por delante de las puertas apenas se oía el rumor de las conversaciones de los vecinos que cenaban en familia detrás de las ventanas ya cerradas.