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Después, recobrándose prestamente en una transición de voz y de ademán que sus compatriotas Novelli y Zacconi hubiesen admirado, agregó: Perdone usted mi incorrección: no he podido contenerme... El solo nombre de esa mujer funesta me vuelve loco... Ha de saber usted que yo soy el marido de Eleonora Duse...

Por la verdad combatimos. ¿Cómo hemos de suponer que Dios nos abandone? No puede ser, tía. DON URBANO. Al pasar por estos patios, ¿has visto a Electra? MÁXIMO. No. Ahora pasa. Viene del cementerio. La blancura de su hábito le da el aspecto de una aparición. DON URBANO. Silencio. MÁXIMO. No puedo contenerme.

No, Pablo, es que aquí, en casa, sucede una cosa horrible, una desgracia inaudita... ¿ves? ya estoy llorando; no puedo contenerme... tengo el cuerpo como si me hubieran dado de palos y alguien se me hubiera paseado por encima luego... anoche no he pegado mis ojos, cavilando, cavilando... pues, sucede, Pablo, que Quilito, de él se trata, desgraciadamente, en ese juego maldito de la Bolsa, ha perdido... no cuánto, mucho, y debe, y no puede pagar y ese don Raimundo irá mañana a casa de Esteven, y esto no lo podemos consentir...

Me incliné y Ruperto, saludando profundamente, ordenó a sus servidores que continuasen su camino. Súbito impulso me obligó a seguirle, y al oír él las pisadas de mi caballo se volvió en la silla rápidamente, como temeroso de que ni la presencia de la Princesa pudiera contenerme. La otra noche peleó usted como un valiente le dije en voz baja.

Luchaba, lo afirmo, con todas mis fuerzas contra la tentación; pero cuando sentí sus labios sobre mi mano, cuando comprendí que no inspiraba esta acción una banal cortesía sino un sentimiento más profundo, cuando le vi inclinarse hacia mi con una expresión inquieta, afectuosa, especial, cien veces más arrebatadora que la que me había hecho pensar tantas y tantas veces... no pude contenerme.

Empezó a comer con apetito la sopa fría, echando miradas indagatorias e inquietas a su señora tía, que evitaba el mirarle... por no romper... «Debo contenerme pensaba ella , hasta que coma... Y parece que tiene ganitas...». A ratos el joven daba hondos suspiros mirando a su tía, cual si deseara tener una explicación con ella.

Esa medalla, dijo el Barón, se la di yo a tu madre cuando estuve en Andalucía hace cuarenta y pico de años. Entonces... fuimos muy amigos... ¿no me comprendes? Me entró al oír esta pregunta tan feroz gana de reír, que a duras penas pude contenerme, temerosa de que el Barón se ofendiera. ¡Ah!, , te comprendo, dije al cabo, y di rienda suelta a mi alegría, riendo ya sin temor.

¡Dios mío, Godfrey! dijo con tono compasivo, porque inmediatamente pensó que su marido debía sentir el deshonor más vivamente aún que ella. El dinero estaba en la Cantera prosiguió Godfrey , todo el dinero del tejedor. Todo ha sido recogido y en este momento llevan el esqueleto al Arco Iris. Pero yo me vine a contároslo todo; no he podido contenerme, era preciso que lo supierais.

En poco estuvo que no lanzara un grito y no cómo logré contenerme lo bastante para no darle a la gente el espectáculo de una locura. Me coloqué en primera fila apartando a todos aquellos curiosos que nada tenían que hacer entre aquel retrato y yo.

No me lo digas, Pablo, porque no puedo contenerme; y , estás viendo esas cosas de cerca, y te callas... ¡qué pícaros! el día menos pensado te echarán a la calle, como no les adules bien. ¿Y qué hacen los diarios independientes? ¡Ah, si yo fuera hombre! ¡no poder escribir siquiera un remitidito!