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Al contrario, tendríamos un grave disgusto. ¿Quién puede deleitarse al ver en realidad al alguien que se arroja por un balcón desde un quinto piso y se hace una tortilla, o a gentes que se dan de puñaladas, que toman veneno o que se mueren de hambre, de miseria, de tisis o de otras enfermedades contagiosas y feas?

Transcurrido un mes, todos los habitantes del balneario sabían que la señora de Molínez estaba muy aliviada, y que, sin embargo, el doctor cada día pasaba más tiempo en su casa, con lo cual hallaron fundamento las suposiciones de los malévolos y ocupación las lenguas de los murmuradores. «Las enfermedades del corazón deben de ser contagiosas cuentan que dijo un chusco porque desde que llegó esa señora de Molínez el médico está muy grave

Es que se me pegaron tus ilusiones replicó la suegra esforzándose en disculpar su error . Dice Juan que es manía; yo lo llamo ilusión, y las ilusiones se pegan como las viruelas. Las ideas fijas son contagiosas. Por eso, mira , por eso tengo yo tanto miedo a los locos y me asusto tanto de verme a su lado.

Desde que se entró en la isla hasta mediado de abril, enfermó y murió muy mucha gente de fiebres contagiosas. Hubo día que murieron 50 y 60 hombres, hasta que comenzó la gente á hacerse al aire de la tierra, ques muy sano. El Visorrey envió á decir al jeque que viese cuándo querían venir á tratar lo que había dicho, quél enviaría el seguro.

En la puerta del Mercado vendíanse narices de cartón, bigotes de crin, ligas multicolores con sonoros cascabeles, y caretas pintadas, capaces de oscurecer la imaginación de los escultores de la Edad Media, unas con los músculos contraídos por el dolor, un ojo saltado y arroyos de bermellón cayendo por la mejilla; otras con una frente inmensa, espantosa; caras de esqueletos con las fosas nasales hundidas y repugnantes; narices que son higos aplastados, o que se prolongan como serpenteante trompa con un cascabel en la punta; sonrisas contagiosas que provocan la carcajada y carrillos rubicundos a los que se agarra un repugnante lagarto verde.

De esto puede el Lector tener larga noticia viendo algunos autores de Medicina, y en especial á PAULO ZAQUIAS en las Qüestiones Médico-Legales. Síguense las imaginaciones contagiosas, y llamo así aquellas, que con facilidad comunican sus impresiones á otras, y las arrastran.