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Es por eso que, desde que Espartero y Cabrera celebraron el famoso convenio de Vergara, que garantizó su autonomía á los navarros y vascongados, la guerra terminó por sustraccion de materia, y esos pueblos, especialmente los últimos, entraron con gusto en la via del gobierno constitucional y no han vuelto á inspirar temores de revueltas.

En Ateca supo el incremento que tomaba el partido constitucional y el entusiasmo con que en toda la Península era mirada la Asamblea de Cádiz. Advirtamos que Elías detestaba de muerte á los constitucionales.

Pero restablecido el sistema constitucional, el viejo Bozmediano volvió á España y ocupó uno de los más elevados puestos en la política. Bozmediano, padre, era liberal de corazón. Trataba al Rey, y es seguro que hizo todo cuanto cabe en fuerza humana para dirigir por camino recto la torcida voluntad de aquel soberano falaz y perverso. Era rico, y jamás le movió el interés en asuntos políticos.

La política que sigue en el exterior no tiene nada de constitucional; pretende imitar al mal llamado gobierno libre de los Estados-Unidos, y siguiendo sus huellas, hace, en la América del sur, lo que la república de Washington en el Norte; predomina en los estados vecinos, influye en su política y tiende al engrandecimiento continuo, aunque para ello sea preciso quebrantar leyes y atacar la independencia de los pueblos.

No a cuál afiliarme. ¿He de inventar yo un partido nuevo, cuando ya hay tantos? Además, que no es tan fácil inventar ese partido. Para su credo, apenas se me ocurre otro artículo de fe que aquella sentencia constitucional del año de 1812: que todos los españoles sean justos y benéficos. Lo demás me es indiferente.

El 6 de agosto de 1825 se convocó un congreso constitucional, el que declaró que de allí en adelante el Alto Perú sería libre e independiente, y adoptó el nombre de Bolivia en honor del Libertador, el general Simón Bolívar.

La sumision de Santa de Bogotá trajo consigo el reconocimiento por las provincias del Congreso reunido en Tunja para juzgar á Bolívar, y un nuevo esfuerzo para establecer un gobierno constitucional.

Resumamos, pues: ¿Cuál es la opinion que puede expresarse respecto del carácter, las costumbres, las instituciones, la situacion económica y literaria y el porvenir de España? ¿El pueblo español y la nacion española son análogos y armónicos? ¿El régimen constitucional ha hecho avanzar realmente á España como sociedad y como Estado? ¿Qué influencia han producido alli las revoluciones del presente siglo? ¿Qué esperanzas se pueden fundar legítimamente en la situacion actual?

Es muy lisonjero ver que, asícomo el primer rey de esa jóven monarquía ha sabido acomodarse con entera lealtad á su deber de monarca constitucional, el pueblo entero, no obstante la lucha legal en que se agitan los partidos liberal y ultramontano, ha entrado de lleno desde el primer dia en la práctica del gobierno constitucional democrático, posee la plena conciencia de sus derechos y deberes, y manifiesta en todos los negocios una solidez de miras poco comun y un fondo admirable de buen sentido que no le ha faltado en ningún momento difícil.

Lo repito: semejante padre no será nunca un hombre sabio y su conducta no estará en relación con las obras de Dios y con el dogma de la caridad. Ved en esto, poco más o menos, la imagen de un gobierno constitucional.