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Considerábase desterrado; y como si hubiese abandonado la Roma de Augusto para dar en Tracia, se había aprendido de memoria algunos trozos en latín decadente y con eso se consolaba según decía de habitar entre los pastores. Con semejante compañero estaba yo muy solo.

La señora de Aymaret, que era grande entusiasta por las artes, sentía viva admiración por los talentos de Jacques Fabrice. Poseía la vizcondesa algunas acuarelas que databan de los primeros tiempos del pintor, verdadero tesoro de cuya propiedad considerábase orgullosa.

El dominaría su nerviosidad, vencería aquella preocupación que le hacía huir el cuerpo y ver los toros más grandes y temibles. Considerábase con fuerzas para realizar el mismo trabajo de otros tiempos. Un poco de flojera en el brazo y en la pierna, pero esto pasaría. Su apoderado le habló de una contrata ventajosísima para ciertas plazas de América. No; él no pasaba ahora los mares.

Me preguntó si habías escrito, si no habías estado enfermo, cuándo llegabas, a qué hora, si el regimiento pasaría por la aldea... Es inútil, padrino, que busquéis todos esos recuerdos. No, no es inútil... ¡Estaba tan contenta, considerábase tan feliz al pensar que iba a volverte a ver! La comida de esta tarde era una gran fiesta para ello... pensaba presentarte a su cuñado, que vino con ella.

Considerábase como dueño de un arca misteriosa, fabricada por los genios; arca de cuya exterior y somera beldad gozaba él sólo a todo su sabor y talante, mientras que ocultaba en su seno la joya más rica, la felicidad más cabal en este mundo, un trasunto del Olimpo, del Edén y de cuantos Paraísos y Campos Elíseos soñaron los poetas y los videntes antiguos; la visión beatífica, la unión esencial del alma con el objeto condigno de su anhelo insaciable; pero arca que no mostraba todo esto a quien no tocase el resorte que había de hacerlo aparecer, y que él no tenía ni fuerza, ni maña, ni merecimiento para tocar.

Considerábase como si hubiera estado durmiendo hasta el momento en que su destino le puso delante la mujer aquella y el problema de la redención. «Cuando yo era tonto decía sin ocultarse a mismo el desprecio con que se miraba en aquella época que bien podría llamarse antediluviana , cuando yo era tonto, éralo por carecer de un objeto en la vida.

Hacia 1619 fué acusado Herrera de monedero falso, y como quiera que el artista considerábase perdido y próximo á caer en las garras de la justicia, huyó á buscar asilo en el convento de san Hermenegildo.

Al quedar sola la señora Angustias no empeoraba su situación; antes bien, considerábase con mayor desembarazo en los movimientos, libre de aquel hombre que en los dos últimos años pesaba más sobre ella que el resto de la familia. Mujer enérgica y de prontas resoluciones, marcó inmediatamente un camino a sus hijos.

Aunque era don Cayetano canónigo y tenía nada menos que la dignidad de arcipreste, que le valía el honor de sentarse en el coro a la derecha del Obispo, considerábase él digno de respeto y aun de admiración no por estos vulgares títulos, ni por la cruz que le hacía ilustrísimo, sino por el don inapreciable de poeta bucólico y epigramático. Sus dioses eran Garcilaso y Marcial, su ilustre paisano.

Su egoísmo le hacía pensar ante todo en él, en lo que suponía este atentado para el honor de su casa. Además, considerábase herido por la falta de respeto del pariente, afirmando que en este delito de impudor había algo de profanación para su propia persona.