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Rudo combate y grandísima pena me costó lanzar de mi pensamiento la imagen de la mujer, que con tan contrarios aspectos se me mostraba y que del efímero enlace o de la mentida concordia, producida por la atracción irresistible que nos lleva hacia ella, hacía brotar discordias sin término y dualidad irreducible, como si hubiese dos eternos creadores y conservadores del mundo y no uno solo.

Es que en el fondo del asunto había una verdadera cuestión política. Los conservadores y moderados se declaraban perecistas, antiperecistas los radicales y liberales. Del temperamento y de las ideas dependía pues el estar o en contra o en favor del acusado, por su condena o por su absolución.

Véase la nota de la pág. 91, al final. Salviato en la Vida de S. Martin de Soure, y el árabe Al-Makkarí en su Historia tantas veces citada; ambos hacen memoria de una iglesia dedicada á la Vírgen María, que no nombran S. Eulogio, ni Alvaro, ni el abad Sanson. Son de esta opinion el P. Roa, el Dr. Gomez Bravo, y otros diligentes conservadores de las memorias sagradas de Córdoba.

Será siempre un timbre de honor para el gobierno del doctor Núñez haber destruido la barrera de la intransigencia política, llamando a los altos puestos diplomáticos a conservadores de la talla de Holguín... Verdad es, y esto sea dicho aquí entre nosotros, que Holguín fue uno de los cachacos más queridos de Bogotá, que le ha conservado siempre el viejo cariño.

Una tarde, Holguín se paseaba melancólicamente en Bogotá, cuando del seno de un grupo liberal, salió el grito de: «¡Abajo los conservadores!». Holguín se dio vuelta tranquilamente y encarándose con el gritón, le dijo con su acento más culto: «¿Tendría usted la bondad de indicarme cómo es posible colocarnos más abajo aun de lo que estamosLos rieurs se pusieron de su lado y siguió plácidamente su camino.

Y el que está algo al cabo de las letras en Colombia, aunque resida en Buenos Aires, conoce su numerosísima prensa, sus periódicos, sus revistas, sus escuelas literarias; la lucha entre conservadores y liberales, entre los grupos respectivamente encabezados por el Repertorio Colombiano y La Patria.

Porque eso de que los candidatos conservadores son quienes pagan mejor los votos, tampoco es exacto, señor Camba. Cuando están en el Poder, ¿qué necesidad tienen de pagarlos? Generalmente, ni siquiera se toman la molestia de echarnos un discurso. Desengáñese usted. Para levantar un poco la industria electoral no hay más procedimiento que la Liga.

El cambio de ministerio le sorprendió cuando aún no la había terminado: no si entraron los radicales, o los conservadores, o los constitucionales; pero entraron algunos nuevos. Juan no lo supo sino tarde y con daño.

La constitución. Libertades absolutas. La prensa. La palabra. En el Senado. El elemento militar. Los conatos de dictadura. Bolívar. Melo. Los partidos. Conservadores. Radicales. Independientes. Ideas extremadas. La asamblea constituyente.

Como un jugador de ajedrez que juega solo y lo mismo se interesa por los blancos que por los negros, don Álvaro cuidaba de los negocios conservadores lo mismo que de los liberales. Eran panes prestados.