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Allí estaba preso éste, bien tratado hasta entonces, pero sin armas y atados los brazos con delgadas cadenas de acero que apenas le permitían moverlos. Es decir que antes de franquear nosotros la segunda puerta habría muerto el Rey. ¿Y su cuerpo? ¿No sería éste la prueba más clara y comprometedora del crimen de Miguel? No señor dijo Juan.

El mismo lo denuncia: comete voluntariamente una torpeza, hace que se extravíen unos documentos, envía una carta comprometedora con falsa dirección, para que caiga en manos de las autoridades del país. ¿Qué haré si no me socorres?... ¿Dónde podré rufugiarme?... Ulises se decidió á contestar, apiadado de su desesperación. El mundo es grande: podía ir á vivir en una república de América.

Tuyo siempre, Juan Infantas, 80 duplicado, entresueloLuego de enviada la carta, cayó en la cuenta de que tal vez fuese demasiado expresiva y comprometedora; pero tal era la exaltación de su ánimo, que se dijo: «No importa; hoy por hoy no hay peligro y aunque estuviese aquí el marido, haría lo mismo. Lo esencial es que ella venga, y vendrá

En suma, si la aventura que se murmuró por entonces en los bastidores de un teatrillo, y en la mesa redonda de la Alavesa, parece indigna de la prosopopeya tradicional en la mirandesca estirpe, cuando menos es justo consignar que la heroína era la más divertida, sandunguera y comprometedora zapaquilda de cuantas mayaban desafinada y gatunamente en los escenarios de París.

Ahora que podemos hablar con entera franqueza, puesto que estamos solos dijo el conde a Felipe, le diré a usted que Amaury tenía razón al juzgar su conducta como comprometedora para Antoñita. Tan cierto es esto, que con otra, aventura como ésta, difícilmente lograría casarse, aun contando con una belleza y una fortuna como las que ella posee. Señor conde contestó Felipe.

Permaneció Fernando confuso ante la hermética hoja de madera. Balbuceaba excusas. Había venido para saber de la salud de la señora: temía que estuviese enferma. Pero ella cortó estas palabras humildes que imploraban perdón con otras breves y rudas como órdenes. Podía retirarse. No se venía sin permiso al camarote de una dama. Era una imprudencia comprometedora, indigna de un gentleman.

¿Por qué toma usted a juego el torturarme le pregunté, sabiendo que su complacencia en tolerar la actitud comprometedora de Lautrec es injuriosa y cruel para ? Sea usted justo exclamó. Lautrec hace a mi lado lo mismo que usted con la niña de Lacante... Mi coquetería no es más criminal que la de usted.

Estoy segura de que envejeceré sin pena... casi con alegría... Porque, siendo menos joven tendré más libertad, estaré menos sujeta a las conveniencias, más cerca de usted... menos comprometedora, en fin... Así, por ejemplo, pienso con delicia que podremos viajar juntos... Y para eso hay que envejecer; pero, entretanto, si supiese cómo se han transformado para el mundo y la vida, desde que soy amada, como deseo serlo... Puede estar orgulloso del milagro que ha hecho.

Luego, recuperando su aplomo, y acompañando su frase con una alegre risa comprometedora, añadió: Veremos; ya sabré yo retenerlo. Al fin de las tertulias es cuando uno se divierte más, y si en nuestra casa usted cosecha tesoros de alegría, no permitiré que vaya a gastarlos en otra parte, se lo prometo.