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Si con nosotros te quedaras; no pasarías de pobre cura de pueblo; tal vez llegases algún día a predicar en nuestra catedral; pero nada más. Yéndote a la corte, como deseo, tus méritos darán a tu carrera continuación tan lisonjera como halagüeños han sido los comienzos.

Figúrate que mi contrincante el conde de Trevia, hombre de carácter extravagante, y que algunos daban por loco, llegó á este país en los comienzos del verano, con toda su familia. La señora era una mujer de singular hermosura y llena de atractivos en su parte moral, si no miente la fama.

Es más difícil de lo que parece mostrar ingenio, discreción, tino y, sobre todo, arte en las trivialidades y pequeñeces que son el tema obligado a los comienzos de esas visitas «de cumplido» que todos hacemos, que hace todo el mundo. Es más fácil ganar una batalla campal que entrar a tiempo y bien entonado en esas insustanciales sinfonías de la comedia que va a representarse después.

Y el Magistral estaba seguro de que al menor descuido de la carne, intrusa, temible, la Regenta saltaría hacia atrás, se indignaría y él perdería el prestigio casi sobrenatural de que estaba rodeado. Además, suponiendo que aquello parase en un amor sacrílego y adúltero, miserablemente sacrílego, por haber tenido tales comienzos, ¡adiós encanto! Ya sabía él lo que era esto.

En los comienzos de aquella vida, Maximiliano abandonó mucho sus estudios; pero cuando fue metodizando su amor, la conciencia de la misión moral que se proponía cumplir le estimuló al estudio, para hacerse pronto hombre de carrera. Y era muy particular lo que le ocurría.

Empezó por encender un horno, y con dos obreros; él mismo se puso a la obra. Los comienzos de la nueva cristalería fueron terriblemente penosos: los días de pago eran para el señor Aubry motivo de constantes angustias. Pero después de algún tiempo, los beneficios obtenidos por el incesante trabajo le permitieron construir un segundo horno, luego un tercero, y aumentar el número de sus obreros.

Pero Núñez no sentía aprensión alguna: al contrario, había simpatizado mucho con él y le estudiaba atentamente, lo mismo en lo físico que en lo moral. Pero ahora hablaron poco en los comienzos. Barragán estaba preocupado y él también, aunque por muy diferente causa. La del primero era divina: la del segundo demasiado humana.

Por cierto que un periódico que á poco se publicó, llamado La Platea, apareció llevando en la portada una vista de la sala del coliseo grabada en madera, que, aunque de tosco dibujo, da idea de cómo estaba en sus comienzos el interior del teatro, con su gran lucerna de aceite pendiente del techo, sus anchas lunetas, su tertulia de señoras y su telón primitivo, pintado por D. Antonio Cabral Bejarano.

El estado de España era a la sazón desconsolador. El país se había convencido de que, si el carlismo no contaba con elementos para vencer, tenía los bastantes para ensangrentar la mitad del territorio de la patria. En los comienzos de 1873, las partidas alzadas en armas eran pocas; pero aumentaron pronto.

En los comienzos, teniendo aún como quien dice en los ojos las elegancias de las modistillas y de las señoras de Nancy, no concedió Francisco mucha atención a las gracias campesinas de su hostelera. Pero, en una soledad como la de Val-Clavin, una mujer joven, junto a la cual se vive mañana y tarde, acaba por ejercer una atracción lenta y segura.