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Pasé á ver sin pérdida de tiempo al Presidente y le hablé de la provincia de Moxos, dándole parte de los numerosos abusos que allí se cometian, y esponiendo los medios de reforma que me parecian convenientes.

Todo a merced del último libro o revista que cayese en las manos del amo de la casa. Todavía no era esto lo que causaba más desazón en la familia. Tristán leyó un artículo en que se descubrían los abusos infames que las criadas cometían algunas veces con los niños más tiernos, unas veces atormentándoles, otras acariciándoles demasiado.

14 Y en los profetas de Jerusalén vi torpezas; cometían adulterios, y andaban por mentira, y esforzaban las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su malicia; me fueron todos ellos como los moradores de Sodoma, y sus moradores como Gomorra.

Esta visita teníala por infalible, pues la santa era muy amiga de echar réspices y de enderezar a las que cometían pecados gordos. Tan segura estaba de verla, que siempre que sonaba la campanilla creía que era ella, y se preparaba a recibirla, arreglando la cama y poniéndose con la mayor decencia posible, trémula de emoción y esperanza. iii

Ya Cervantes, en sus notas escénicas á La Numancia, intenta evitar los groseros anacronismos que se cometían, puesto que indica que los soldados romanos debían llevar armas á la antigua, y aparecer sin arcabuces; y aun después hubo de adelantarse también en la observancia de tales conveniencias, sin ser tan escrupulosos ni eruditos, como acontece en la moderna indumentaria, sino usando ampliamente de las prerrogativas especiales á cada teatro, de subordinar la verosimilitud y la verdad externa á la general poética.

Al poco tiempo fueron bastantes las personas que tenían conocimiento de las crueldades que con la niña se cometían. El conde de Onís, para huir la curiosidad del público, que le molestaba sobremanera, y aún más para librarse de Amalia, se había trasladado, sin decir nada a ésta, hacía ya cerca de un mes a la Granja. Su madre le había acompañado.

Todas habían tenido que sufrir algún doloroso desengaño. Últimamente, hastiado de enamorar a sus convecinas, se había dedicado a fascinar a cuantas forasteras llegaban a Sarrió, para abandonarlas, por supuesto, si cometían la torpeza de permanecer en la villa más de un mes o dos.

Tom se reía; pero en su interior rechazaba aquella superchería por dos móviles de conciencia, el móvil de la rectitud inglesa y el de la formalidad del aficionado a toros. Con el fraude propuesto por su amo se cometían dos graves faltas, engañar a una nación y ultrajar el respetable arte de la Tauromaquia, el verdadero sport trágico. No qué se decidió de esto.

Muchos amos cometían la atrocidad de carimbar o poner marca sobre la piel de los negros, como se práctica actualmente con el ganado vacuno o caballar, hasta que vino de España real cédula prohibiendo la carimba. En el siglo anterior empezó a ser menos ruda la existencia de los esclavos.

Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á cabo.