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Armada de este desdén como de una coraza que la naturaleza piadosa colocara en su corazón escuchaba los insultos de su marido sin pestañear y seguía ejecutando lo que tenía entre manos con la misma calma que si oyese el ruido de la mar. Tristán comenzó a padecer del estómago. Sus digestiones se hicieron penosas, contribuyendo esto a exacerbar aún más su mal humor.

En cuantito que colocara a las dos criaturas, se acostaría para no levantarse hasta el día del Juicio por la tarde... ¡y se levantaría el último!

Esto, considerada la vida en general, donde quiera que la tomemos por tipo; en las naciones civilizadas, en los países incultos, en todas partes, en fin. Porque en este punto, me inclino a creer que el hombre variará de necesidades, y se colocará en una escala más alta o más baja; pero en cuanto a su felicidad nada habrá adelantado.

Si todos convienen en que yerra y está seguro de que no se chancean, sentirá vacilar por un momento la fe en el testimonio de la vista, se acercará al objeto, se colocará en otra posicion, ó empleará el medio que mejor le parezca para cerciorarse de que no se engaña.

Las relaciones entre una y otro eran puramente de fórmula, hasta que a Nicolás, en uno de los viajes que hizo a Madrid, se le ocurrió entregar a la tía sus ahorros para que se los colocara, y véase aquí cómo se estableció entre estas dos personas una corriente de simpatía convencional que había de producir la amistad.

Al hacerme yo esta pregunta mentalmente, fue cuando Chisco se adelantó a Pito y a ; y con encargo de que me colocara el último de los tres, comenzó a andar con mucha cautela y muy arrimado al peñasco, lo poco que nos faltaba de camino hasta la orilla de la quebrada.

Más allá, yendo contra la corriente de los tiempos, los silfos no ven claro; pero, si entre ellos hay un Darwin o un Haeckel, sin duda colocará la aparición de la primera monera del mundo silfídico a una distancia proporcionalmente mucho mayor. El concepto que forman del Universo es muy distinto del que formamos nosotros.

No, no merece la pena; no duraré más de una hora; ya habrá ocasión de que me lleven. Materne, sin responder, hizo una seña a Kasper para que cruzara la carabina a modo de angarilla con la suya, y a Frantz le indicó que colocara encima al leñador, a pesar de sus lamentos, lo cual quedó hecho en un instante, y de este modo llegaron juntos a la casa.

El convento de Predicadores de la orden de Santo Domingo, ocupado ahora por el Instituto, Oficinas de Hacienda y Guardia civil, se hallaba fundado en el sitio que fue la Ciudadela o principal fuerte de la ciudad de Teruel en el muro de la misma: hízose esta fundación en el año 1611, por D. Miguel Andrés, vecino de la capital cuya historia venimos escribiendo, y su titular era San Raymundo de Peñafort: gastó sumas muy considerables en la fábrica suntuosa de la Iglesia y Casa que sirvió de Colegio de estudios con muchísima utilidad del pueblo y lugares comarcanos, concurriendo a sus aulas un crecido número de discípulos, y de este mismo establecimiento y del Seminario salieron hombres notables hasta tal punto, que además de haber desempeñado altos cargos y dignidades, honraron dentro y fuera de España la ciudad de Teruel y los muchos pueblos de los que hoy constituyen su provincia. ¡Cuanto nos alegraríamos que esta saliese de su marcada apatía en la instrucción y se colocara a la altura de las capitales de España!

Pasaron unos cuantos segundos, y de pronto vio caer al suelo la toalla, que pocos días antes colocara con pudorosa cautela, a modo de tapón, notando al mismo tiempo que por el agujerito destinado a la llave asomaba un mango de pluma, con el cual don Juan había empujado el lienzo hasta tirarlo. Venirse abajo el paño de manos, retirarse el mango de pluma y mirar ella por el agujerito, todo fue uno.