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Con la prontitud que usar solía en casos como aquel, Benina salió a tomar un coche, para lo cual antes tenía que evacuar otra diligencia de suma importancia.

La mano de la Judic es la más bonita de París. En las carreras es donde se lucen los mejores vestidos. ¡Qué linda estaría Adela, en el pescante de un coche de carreras, con un vestido de tila muy suave, adornado con pasamanería de plata! ¡Ah, y con un guía como Pedro, que conocía tan bien la ciudad, qué pronto no se estaría al corriente de todo! ¡Allí no se vive con estas trabas de aquí, donde todo es malo!

Entró sacudiéndose el mantón, calado de agua. «¡Jo... sús, qué tiempo! Llueven capuchinos de bronce. Pero ¿no ha venido usted en coche? ¿Por quién me tomas, tonta? La peseta del coche es para , por el mandado. Tengo más salud que el Botánico, hija, y ando más que un molino de viento... Conque toma... Cuatrocientos y cuatrocientos son ochocientos... Nueve duros en plata... Falta un duro.

¡Y lo haremos en grande!... ¡Yo ya me vengo riendo de pensar en las consecuencias de los primeros galopes!... ¿ has andado muy poco a caballo, Ricardo? ¡No he andado en mi vida! Le daremos un caballito manso dijo Baldomero, que en ese momento se había aproximado al break; el malacara de la niña Lola... ése es como ir en coche... ¿Será como ése?...

Los que habían comprado á la señora salieron de la tienda y entraron en un coche de lujo. ¡Cómo reían los tunantes! Hasta el más pequeño, que era el más mimoso, se permitía tirar de los brazos á la desgraciada muñeca, á pesar de tener él para su exclusivo goce variedad de juguetillos propios de su edad. Las personas mayores también parecían muy satisfechas de la adquisición.

Antes de llegar á las Barquillas de Lope se apeó y despidió el coche, encaminándose vivamente hacia la casa de su antigua novia. Pero cuando ya estaba cerca, de uno de los portales próximos salió un hombre y se le puso delante. Buenas noches, señor Pedro. El majo, sorprendido y mirando con fruncido rostro al que se le atravesaba, respondió: Buenas noches, Gabino. ¿Qué se ofrece?

Creo que ustedes recibirán hoy mismo su visita. ¿Tan pronto? preguntó la duquesa. No tenemos tiempo que perder añadió Germana. Mientras tanto dijo el duque , almorcemos. El señor Le Bris tenía el coche a la puerta.

Muchas lágrimas había derramado cuando sintió el ruido del coche de Jacinta que partía, y entonces salió a la sala. Doña Lupe se despedía de la comandanta, ofreciéndole tomar diez papeletas de la rifa de la colcha, y hacía una seña a su sobrina indicándole que era hora de retirarse. Dieron un vistazo y un apretón de manos a la enferma, y salieron.

Tendría cerca de cincuenta años, y un hombre de cincuenta años que se enamora es como el caballo de un coche simón que se desboca. Menchaca abandonó a la muchacha de Puerto Real y comenzó a vigilar a su mujer.

exclamó , lo que voy a intentar sería culpable en otra circunstancia de mi vida, pero no me es dado escoger, debo salvar a todo precio la vida de mi hija. Eran las once de la noche cuando el coche en que viajaba el intendente llegó a todo galope por el camino que conducía al castillo y se detuvo delante de la puerta.