United States or Liberia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando su padre supo que había estado vagando por el país con su camarada Clark, metiéndose por todas partes, y posando en las casas de los campesinos, le dijo: «¡Dudo mucho, señor, de que sirva Ud. más que para cola de caballoDe su facilidad para los cuentos, el mismo Scott dice que en las horas de ocio de los inviernos, cuando no tenían modo de estar al aire libre, mantenía muchas horas maravillados con sus narraciones a sus compañeros de escuela, que se peleaban por sentarse cerca del que les decía aquellas historias lindas que no acababan nunca.

Tirso, se levantan a mis ojos sobre Shakspeare, consienten que yo adopte por míos tan superlativos encomios. Me veo, pues, en la precisión de rebajar el mérito del autor, que mi amigo Clark presenta al público de España, en vez de ponderarle y sublimarle. Harto me aflige tener que hacer un papel tan ingrato; pero no me faltan consuelos.

Publica una traducción de los dramas de Shakspeare y me pide que escriba yo un breve prólogo. Esta distinción honrosa, este aprecio que de hace D. Jaime Clark, me lisonjea por extremo; pero el apuro no es menor para . ¿Cómo, por breve que el prólogo sea, he de prescindir del autor traducido y he de limitarme a juzgar la traducción solamente?

Donde Shakspeare habla en prosa, Clark habla en prosa; donde en verso libre, en verso libre; donde en versos aconsonantados, en versos aconsonantados. El estilo del traductor se ajusta también al del autor, y ya es enérgico, conciso y sublime, ya culterano, ya natural, ya claro, ya oscuro, ya elegante y sostenido, ya bajo y rastrero. El Sr.

Nos da a Shakspeare tal cual es: con sus defectos y con sus bellezas; con sus aciertos y con sus extravíos; con sus bajezas y sus sublimidades. Por D. Jaime Clark va a tener el público español al propio Shakspeare, sin cambio, ni enmienda, ni disfraz alguno, en nuestra lengua castellana.

Clark quiere, más que traducir, calcar a Shakspeare, y creo que lo consigue. Vamos, por consiguiente a tener a todo Shakspeare por primera vez en castellano. Menester será juzgarle, rápidamente al menos, pero con la misma imparcialidad que si fuera nuestro compatriota.

La generalidad del público conoce ya de fama a muchos de estos héroes, o los conoce por imitaciones o por estampas y pinturas, o por las óperas en que aparecen cantando. Bueno es que los conozca tales como son, en su primitiva fuente, en Shakspeare mismo. La traducción de D. Jaime Clark vale para esto como pocas traducciones.

Los otros retratos, como el de Halpin para la edición de Amstrong, nos dan ya tipos de lechuguinos de la época, ya caras que nada tienen que ver con la cabeza bella e inteligente de que habla Clark. Nada más cierto que la observación de Gautier: «Es raro que un poeta, dice, que un artista sea conocido bajo su primer encantador aspecto.

Contentémonos, pues, con que, en nuestra fiel traducción, persista toda aquella belleza íntima, que reside en el fondo, y no en la forma, y que el lector atento sabe hallar y gustar, aunque la limpia y espléndida estructura, el metro resonante y el hechizo de la rima hayan desaparecido. Mi amigo el estudioso y entendido joven D. Jaime Clark me pone en un grande apuro.