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Por último, cierran el cuadro de la ciudad las alegres casas campestres, las quintas elegantes, las grandes fábricas y la estacion del ferrocarril, es decir, las señales de la civilizacion moderna, que significa igualmente actividad y comodidad. Al extender la mirada ¡qué paisaje tan vasto y admirable se registra!

El régimen del terror supersticioso por males y peligros imaginarios, en que vivía el hombre en la pura civilización cristiana, y la servidumbre espiritual a los dogmas absurdos y al absolutismo de la iglesia, fue fatal a la libertad y a todos los intereses humanos que estuvieron subordinados a los intereses divinos.

Al paso que hoy caminamos, dentro de pocos años la industria habrá invadido completamente estos pacíficos solares, y entonces ya no habrá tipos. La civilización moderna tiende á este fin, sin duda alguna. Los pueblos ilustrados ya no tienen costumbres propias. Los de la Montaña, cuando acaben de ilustrarse, no han de ser menos que ellos. En ese día alcanzará algún éxito este libro.

Y no fué la victoria en favor sólo del catolicismo, sino también para conservar ó restaurar el lazo ó principio unificante de la civilización europea, que los protestantes habían roto; para hacer que triunfase dicha civilización, amenazada por nueva barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mérito de nuestras obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los protestantes denigraban y hacían odiosa á la divinidad y esclavizaban á la humana naturaleza, sacrificándola en aras de una predestinación y de una gracia, caprichosas y ciegas.

»Allí saben perfectamente que en Pekín no hay palacios; que cada legación tiene el suyo propio, como importante elemento de instalación y de influencia. ¡Mas en la corte del Czar se desatienden los más serios intereses de la civilización rusa! Todo lo dicho es lo único nuevo que acontece en Pekín y en las legaciones.

Aquí, en el corazón de tan poderosa monarquía, trasunto reducido de la existencia entera del pueblo, hubo de radicar también la escena destinada á representar en animado cuadro esta misma existencia, y en este asiento del lujo y de la civilización se hizo sentir más viva la necesidad de los espectáculos dramáticos.

Cádiz y Málaga, otras dos ciudades de nuestra España que he visitado, se distinguen, la primera por su encantadora situacion, por su blancura y su excesiva limpieza, por su civilizacion avanzada.

En las regiones predilectas del sol, donde tradiciones y mitos van á buscar la mayor parte de las causas de la civilización de las naciones, es alrededor de la fuente, condición principal de la vida, donde afirman que por vez primera se reunieron los hombres.

De este instrumento se sirvieron los partidos diversos de las ciudades cultas, y principalmente el menos revolucionario, hasta que, andando el tiempo, los mismos que lo llamaron en su auxilio sucumbieron, y con ellos la ciudad, sus ideas, su literatura, sus colegios, sus tribunales, su civilización.

Así sólo puede explicarse la armonía, la indispensable relación que existe entre la ilustración del siglo y la escasez de los libros nuevos. De otra suerte sería preciso inferir que la civilización mata las artes y las letras.