United States or Venezuela ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su mirada acariciaba a Julio. Pero observando de pronto que entre éste y Adriana había "algo", puso una graciosa cara de susto y su gesto parecía pedir a Adriana, buenamente, que la disculpara de una torpeza involuntaria. Para hacerse perdonar del todo, quiso que la señorita Ivonne y Charito les dejaran conversar aparte.

Lo malo estaba en que había escrito a ella suplicándole, para esa misma noche, la última entrevista en casa de Charito, contando con ir en seguida que Julio le pusiera al corriente de toda la verdad. Pero le tranquilizó la amarga evidencia de que Adriana no iría a casa de Charito.

Sin embargo, dos días después, por más que había tomado la seria resolución de no verle más, le escribió otra carta pidiéndole perdón. Uno de los motivos que sin duda influían para decepcionarla de Muñoz, era el apoyo que su madre prestaba a éste. Su madre y una amiga de Adriana, Charito González, querían a toda costa que se formalizara el compromiso y se casaran en seguida.

Había algo de perverso, indefinible, en el tono de sus palabras, que se contradecía singularmente con la fina música de su voz, con la gracia espontánea de sus gestos y con su cara radiante: era como si dos almas, una maligna y otra divina, se confundieran en un mismo hechizo. A su lado la elegante Charito disminuía, se apagaba, parecía irremediablemente fea.

Adiós, Lagos... es una suerte que se haya usted enamorado de Adriana... y yo de otro. Porque si no sería usted capaz de gustarme... Y reía deliciosamente, en tanto que Charito, tapándole la boca para que no prosiguiera, la reprendía en voz baja. Te pareces a Adriana; en esto son las dos igualitas.

A no haber Muñoz abandonado tan precipitadamente la casa de Charito, habría comprendido lo infundado de sus celos. Porque cuando Adriana advirtió que Castilla se tomaba tontamente la libertad de acariciarle la mano, en seguida, dejándole plantado en medio de la sala, buscó a Muñoz.

Volviendo al corazón mismo de nuestro asunto, debo decirte que no me habló ella nunca de las Aliaga, de esa familia que idealizas. Adriana no las conoce, eso debe ser broma tuya. ¿Y hace tiempo que vienes aquí, a esta casa? He venido dos o tres veces, a lo sumo. ¡Ah! Ya estoy dudando de la misma Charito. Dos o tres veces... ¿Para qué te invitan?

Cuando Adriana apareció, traída por Charito, perdió en seguida la presencia de ánimo y no atinó con una manera de abordar la situación. Adriana, sonriendo con una expresión atónita y dulce, le preguntó si estaba enojado con ella. Se turbó tanto, que para no dejarlo advertir quedó callado, serio.

No digas nada, susurró al oído de Charito; pero a ese que allí ves, lo quiero y lo querré toda mi vida. La miró Charito con aire extraordinariamente sorprendido, como si su amiga la humillara con esta inesperada confesión. Y mientras Lucía Moreno rehusaba sentarse, alejándose hacia la sala vecina, con la señorita Ivonne: ¿Julio Lagos? No te hará caso, que es amigo de Muñoz, amigo íntimo.

Y como si Julio le hubiese efectivamente confesado la innegable causa de su abatimiento: Yo te lo advertí muy sinceramente aquella vez, en casa de Charito. Adriana es una muchacha perversa, diabólica. Lo declaran sus amigas mismas: Charito, por ejemplo. Ella goza en hacer sufrir, su voluptuosidad es esa.