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El hilo daba vueltas entre sus dedos, apretando suavemente las flores. El ramillete iba tomando una forma piramidal bien proporcionada. Ricardo, al dirigir la vista al cestillo, vio unos geranios de color rojo extremadamente vivo y exclamó: ¡Oh qué geranios tan hermosos!... Este color tan vivo debe convenirte muy bien, Martita... Ponte uno en el pelo...

Las mujeres para los partos se van á la orilla de un río donde lavan la criatura así que ve la luz; se baña también la madre, y concluída esta operación, coloca el recién nacido en una especie de cestillo á la espalda y se vuelve á su choza. Su idioma es muy distinto del de los pueblos cristianos confinantes.

La hija menor de los dueños de esta huerta se hallaba una mañana en ella cortando flores con las tijeras que pendían de su cintura y colocándolas después con mucha delicadeza en un cestillo de mimbre.

Era menester mucha cautela. La tentación decía palpita por doquier. Todo es arma y cebo para el Demonio. Un día que Ramiro le llevó en obsequio una hermosísima pera, en un cestillo de mimbre, el lectoral comenzó a saborearla sin quitarle la piel. Era una pera de las que llaman calabaciles por su doble turgencia.

Lunes 15 de Octubre: «Y porque el viento cargaba á travesía de Sueste, no me quise detener y partí para la nao, y una almadía grande estaba á bordo de la carabela Niña...» «y la almadía que habían dejado la llevamos á bordo de la carabela Niña... y traía un cestillo á su guisa en que tenía un ramalejo de cuentecillas de vidrio y dos blancas, por las cuales conocía que venía de la isla de San Salvador y había pasado á aquella de Santa María y se pasaba á la Fernandina, el cual se llegó á la «nao»; y le hice entrar, que así lo demandaba él, y le hice poner su almadía en la nao...»

No entienda el lector que somos dados á la gula; no se trata de gozar sino de vivir, y cosa es esta para no ser mirada de cualquier modo. Buscando recursos contra esta penuria artificial, mi mujer y yo hemos ido al pasaje de los Panoramas, que dista pocos pasos de nuestro hotel, y nos hemos provisto de jamon dulce, salchichon, una caja de sardinas escabechadas, un cestillo de fresas y pan.

La ropa va toda en esa caja, al lado derecho de la mula. Las botellas de Malvasía en el cestillo de la izquierda; le prepararás un vaso de ese vino, bien caliente, por las noches, para que lo tome antes de acostarse. Cuida de que no permanezca horas y horas con los pies mojados, porque lo que es él jamás se acuerda de tal cosa.

Para ganarse la voluntad y excitar el celo de ambas Juanas, les llevó don Paco, envuelto en un pañuelo y sin que los profanos viesen lo que llevaba, un cestillo lleno de fresas, fruta muy rara en el lugar, y para mayor esplendidez sacó, además, del bolsillo del holgado chaquetón que solía vestir a diario, nada menos que tres bollos del exquisito chocolate que solía hacer doña Inés en su casa, y del cual había regalado a su padre una docena de bollos de cuatro onzas cada uno.

Y fue tal su emoción, tan violento su impulso por retirarse de él, que la faltó poco para caer. Tercera parte Dos días después, cuando Jaime, de vuelta de la pesca, esperaba la comida en su torre, vio presentarse a Pep, que depositó el cestillo sobre la mesa con cierta solemnidad. El rústico intentó excusarse por esta visita extraordinaria.

Spadoni, como si fuese el dueño de tales riquezas, las fué metiendo en un cestillo de mimbre. Temblaba de emoción. Iba á pasar entre los curiosos sosteniendo contra su pecho el tesoro, lo mismo que otras noches había visto pasar á su grande hombre con aire de vencedor. ¡Qué valían al lado de esto los aplausos que llevaba recibidos como pianista!... Unos manos ávidas le arrebataron el cestillo.