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Tomaremos un mate y charlaremos». Don Salvador se levantó inmediatamente, hizo rodar la piedra en que se sentaba hasta cerca de , y sonriendo se sentó nuevamente. ¡Figúrese, Don Salvador, que hace tres días largos que ando entre los cerros, solo y sin desplegar los labios, porque los otros se quedan siempre atrás. Nosotros estamos acostumbrados, señor. ¿Era un bandido?

Los cerros empinados, de formacion granítica en lo general, se suceden en varias proporciones; las altas colinas están cubiertas de olivares hasta la region de la Sierra poblada de encinas, y en las bajas laderas y los vallecitos se extienden en abundancia los viñedos.

Por detrás de estos cerros se alzan hasta las nubes las negras moles de la Peña-Mea á la derecha con su fantástica crestería de granito, de la Peña-Mayor á la izquierda, más blancas y más suaves aunque no menos enormes. Por el medio del grandioso anfiteatro corre el río.

En dicho cerro están los indios Chiquillanes; que son muy domésticos y familiares con los españoles, y llegarán al número de dos ó tres mil indios. Tiene este cerro grande muchos cerros colorados al rededor, los cuales son todos de metales de oro muy rico, y al pié de este cerro grande, hay otro pequeño, que es de azogue, el cual se presenta como de un cristal muy fino.

CELIO. Bien escalaron los dos Las puntas de aquellos cerros. JULIO. Son famosos. CELIO. Florisel Es deste campo la flor. D. TELL. No lo hace mal Canamor. JULIO. Es un famoso lebrel. CELIO. Ya mi señora y tu hermana Te han sentido. Sale FELICIANA. D. TELL. ¡Qué cuidados De amor, y qué bien pagados De mis ojos, Feliciana! ¡Tantos desvelos por vos!

En Chuquiago Sucedió en estos tiempos tan gozosos, Un estraño prodigio y gran estrago. Por cima de unos cerros barrancosos, Arrancando del todo un grande lago, Un terremoto súbito lo avienta, Y en otro lugar nuevo lo aposenta.

Imaginad por un momento un inmenso grupo ú archipiélago terrestre compuesto de jardines lucientes de verdura y abismos de concavidad insondable y aterradora; de alegres huertos y rocas desnudas, formidables y sombrías que los dominan; de lujosos plantíos entrecortados por habitaciones campestres de imponderable gracia, al pié de coronas y guirnaldas seculares de negros pinos y abetos, ciñendo los ásperos relieves y las concavidades abruptas de cerros que parecen gigantes evocados en una pesadilla; de ciudades risueñas, industriosas y activas, donde abundan los bellos monumentos del arte y de la ciencia, y rústicos y solitarios caseríos encuadrados ó perdidos en las profundidades de las selvas.

¡Ah! ¡aquel sayal sobre el dueño del mundo...! El sol se ocultó detrás de los cerros, y la ciudad tomó una coloración mustia y violácea, cual si fuera contemplada al través de transparente amatista. Algunas vidrieras que habían flameado un instante se apagaron. Ramiro dejose penetrar por el sagrado recogimiento, presintiendo un signo, una voz de lo alto.

Por todas partes graciosos cortijos con vastas arboledas que orillan el camino ó deslindan las heredades; corrientes cristalinas y bulliciosas que parecen dejar con alegría las asperezas de la Sierra para ir de salto en salto á llevarle al Guadalquivir sus murmurios y sus perlas líquidas; extensos viñedos sobre las mas desnudas colinas y los cerros; innumerables plantaciones de hortalizas, cereales y semillas; considerables extensiones pobladas de hileras simétricas de olivos; árboles frutales á la vera de la ruta y en los alegres huertos; aquí un molino de olivas, allá unas vacas paciendo en el barbecho, cerca de la casita pintoresca; grupos de labradores sencillos y contentos, trabajando juntos hombres y mujeres, ancianos y niños; en todas partes verdura, aguas saltadoras, flores, un sol vivificante, sombras deliciosas, trabajo, actividad, robustez, vida, alegría y bienestar.

Una pintoresca llanura con suaves ondulaciones, primorosamente cultivada, sembrada de pequeñas y alegres poblaciones, y de una melancolía deliciosa, se extiende por el espacio de 30 kilómetros entre la costa del Mediterráneo y un cordon de bajos y redondos cerros que arrancan desde Teruel para seguir paralelos al mar hácia el norte de Cataluña.