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Carmen, esquivando una respuesta categórica, balbució: Ellos riñen mucho; pero a eso no me importa...: ¡el padrino quiso que yo viviera con su hermana!... Siempre que ella fuese para ti buena como una madre.... La pobre niña tenía toda la voz llena de lágrimas cuando exclamó: ¡Oh, una madre!... ¡Madre mía!... Salvador, muy impresionado, volvió a tomar entre las suyas las manos de la muchacha.

Don Mariano supo en el día la terrible noticia. ¡El capitán Pérez estaba ad portas!... Sin perder un momento, requirió una contestación categórica de Coca... Y Coca, que no quería otra cosa, le juró que jamás había amado al capitán Pérez... Vázquez le preguntó aún: ¿Está usted segura, Coca, de no haberlo querido... y de que nunca hubiese llegado a quererlo?...

Atribuyendo Emilia y Castaño la repentina tristeza de su amiga a que se veía apremiada por el procurador para abonar los crecidos gastos del pleito, la exploraron con habilidad; mas ninguna explicación categórica pudieron obtener de su taciturna melancolía.

Señora dijo doña María temblando de cólera ciertas supercherías no producen efecto ante la declaración categórica de la ley. La ley no la reconoce a usted por madre de esa joven. Pues yo me reconozco y declaro aquí delante de los que me escuchan, para que conste con arreglo a derecho.

Muñoz, después de titubear visiblemente, durante algunos segundos, le exigió, en forma muy categórica, su opinión sobre Adriana. Y luego que Julio expresó, tranquilamente, una idea opuesta a la suya, se irritó sobremanera. Discutieron. Julio terminó pidiéndole disculpa de no poder compartir una sola de las apreciaciones hechas por su amigo. ¡Qué quieres!

Juan no encontraba respuesta categórica a esta pregunta: ¿Cuál de las dos es más linda? En el polígono, durante la primera parte de la maniobra, cada batería trabajaba por su cuenta, bajo las órdenes del capitán, que muchas veces cede su puesto a uno de los tenientes, para habituarlos a la dirección de las seis piezas.

La culpa es tuya y nada más que tuya, que estabas continuamente insistiendo con la bromita de tu Pérez... ¡Alguna vez iba a divulgarse la noticia, si , la interesada, parecías hacer para ello lo posible!... ¿Querías que Vázquez te guardara eternamente el secreto?... Además, todavía no sabemos si ha sido él... ¡Y debemos presumir que en ningún caso él ha dado la noticia a esos papeluchos, y menos en esa forma asertiva y categórica!

Parecía mentira que coquetease con semejante majadero; y era lo peor que aquellas ligerezas acabarían por comprometerla. No; él no debía consentirlas en su carácter de tutor, y amigo y hermano, por lo que decidió pedirle en forma solemne una explicación categórica de su conducta, como lo hubiera hecho en tal caso el doctor Avrigny.

Así fué; al mes siguiente, Edmundo Rostand, que trabaja muy de prisa, cumplía lo ofrecido, entregando á Claretie el manuscrito de «Les Romanesques». El poeta leyó su obra ante el Comité; la lectura duró una hora y quince minutos. Transcurrieron varios días sin que el fallo de aquél se conociese; molestado en su amor propio, Rostand reclamó de Claretie una contestación categórica.

Y como nosotras no podemos más.... Y como es tu deber aceptar la felicidad que se te ofrece.... Te morirás de gusto cuando sepas que don Frutos Redondo, el más rico del Espolón, ha pedido hoy mismo tu mano. Ana, contra el expreso mandato de sus tías, no se murió de gusto. Calló; no se atrevía a dar una negativa categórica.