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Lo que le duraba un sombrero de copa no es para dicho. Para averiguarlo no valdría compulsar todas las cronologías de la moda, pues a fuerza de ser antigua la del chisterómetro que usaba, casi era moderna, y a esta ilusión contribuía el engaño de aquella felpa, tan bien alisada con amorosos cuidados maternales.

Á fuerza de deletrear, llegó á leer casi de corrido cuando estaba ya muy granada; y sus lecturas no fueron sólo de vidas de santos, sino que conoció también algunas historias profanas y las obras de varios poetas. Sus autores favoritos fueron doña María de Zayas y Gerardo Lobo. Se preciaba de experimentada y desengañada.

En cambio los mimos y pantomimas se mantuvieron en la escena con general aplauso , aunque muy distintos aquéllos de la perfección artística de los de Publio Syro, y convertidas éstas en espectáculos casi bárbaros. Es costumbre, cuando se habla del teatro antiguo, tratar sólo de las representaciones públicas.

Había en mi ciudad natal de Salem, hará cosa de medio siglo, un muelle muy lleno de animación, y que hoy sucumbe bajo el peso de almacenes de madera casi podrida.

Ana, a quien tanto molestaba aquel abandono en los momentos de debilidad en que los nervios exaltados la mortificaban con tristeza y desconsuelo, cuando estaba serena, sobre todo después de dormir algunas horas o de tomar alimento con gusto, llegaba a sentir un placer sutil, casi voluptuoso en aquella soledad.

Debemos en la actualidad contentarnos con lo que buenamente puede deducirse de los escritos de los coetáneos: de ellos se deduce la casi seguridad de que algunas de las parroquias hoy existentes conservan los muros, la disposicion interior y tal vez las mismas columnatas de las basílicas erigidas durante la irrupcion sarracena.

Dos pequeños relámpagos, dos culebreos de fuego marcáronse uno tras otro en las tinieblas de los matorrales, seguidos de dos estampidos que casi se confundieron. Jaime experimentó en su olfato una sensación acre de pólvora quemada, que tal vez no fue más que un fenómeno imaginativo.

El cortejo se componía, casi exclusivamente, de gente marinera; y preciso fué que me lo advirtiesen para que yo cayera en ello; pues, á juzgar por el vestido, lo mismo podían ser aquellos hombres jornaleros de taller, ó caldistas al menudeo: tanto abundaba entre ellos el hongo fino, la americana, la gorrita de seda, el pantalón ceñido, y hasta los botitos de charol.

Sin cesar la indispensable salva de aplausos, se alzó el ministro de la Gobernación. Dijo casi lo mismo que su presidente, pero con más sal y pimienta. De ésta dedicó la mayor parte a las impaciencias del partido que se juzgaba heredero inmediato del Poder.

Y en un año se transformó en Paseo de invierno el apetecible Espolón, secularizándose en parte. Algunos clérigos, viejos o pobres casi todos, protestaron y acabaron por abandonar su Espolón desparramándose por las carreteras.