United States or Jordan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Vamos, niño, basta dijo a esta sazón don Bernardo, que comenzaba a ver lo ridículo de todo aquello. Roedores, desdentados, proboscideos, paquidermos... ¡Basta te digo, niño! Solípedos, rumiantes, sirenios y cetáceos. ¡Si no te callas, Carlitos, voy allá y te arranco las orejas! Cuidado con lo cargante que se pone este chiquillo algunas veces!

En las butacas á donde parece que temen bajar las señoras tan no se ve á ninguna reina un murmullo de voces, de risas reprimidas, entre nubes de humo... Discuten el mérito de las artistas, hablan de escándalos, si S. E. ha reñido con los frailes, si la presencia del General en semejante espectáculo es una provocacion ó sencillamente una curiosidad; otros no piensan en estas cosas, sino en cautivar las miradas de las señoras adoptando posturas más ó menos interesantes, más ó menos estatuarias, haciendo jugar los anillos de brillantes, sobre todo cuando se creen observados por insistentes gemelos; otros dirigen respetuosos saludos á tal señora ó señorita bajando la cabeza con mucha gravedad, mientras le susurran al vecino: ¡Qué ridícula es! ¡qué cargante!

«Estaba conforme, aquello era una profanación. ¡Qué pesadez la de aquellos doseletes, la de aquellas hornacinas! ¡Vaya si eran pesados! Como que el Infanzón temía que se le cayeran encima; porque se meneaban, sin duda. Pero ¡buen Dios! añadía para sus adentros; si el género plateresco es cargante y pesadísimo ¿dónde habrá cosa más plateresca que este señor don Saturnino?».

Ni Metternich ni Bismarck quedaron jamás tan contentos de mismos como yo en aquella ocasión. Una cosa debo decir, y es que acabó de encajar en mi cerebro la opinión que hacía algún tiempo se había insinuado respecto a don Oscar. Me convencí de que éste era un ente ridículo y cargante, pero no el ser misterioso y terrible que al principio de conocerle me había forjado.

¡Qué fierecilla! ¡Cómo hinchaba las ventanillas de su nariz, y qué fuertemente respiraba, y qué enérgica expresión de voluntad tomó su fisonomía! Todo esto lo pudo observar la Sanguijuelera sin dejar su ocupación. Amoscándose un poco, le dijo: «¿Sabes que estás cargante, sobrina, con tus colegios y tus charoles?

» Bien lo ; precisamente por eso me desespero. Ya que tu padre posee una gran inteligencia y una sutil penetración que le permite leer a fondo en lo más recóndito de nuestra naturaleza, bien podría tener igual privilegio respecto a nuestra mente y no caer en esa cargante manía senil, propia de todo anciano, de querer imponerse a los jóvenes a toda costa.

Por toda contestación se llevó el dedo a los labios, diciéndome con fingido enojo: Cargante, ¿no tenías tiempo de desirme esas guasitas cuando estuviéramos solos? No pude contenerme. Me acerqué más a ella y la estreché fuertemente contra mi corazón. Una tosecilla seca de Isabel, cuya figura tapaba la puerta, nos avisó de que nos veía y que juzgaba aquello un poco descomedido.

Era la imagen de la amabilidad, en el supuesto de que le están dando garrote. Su sonreír empalagoso hizo a Rosalía el efecto de un fluido miasmático que se filtraba en ella y la ponía enferma. ¡Y cuán impertinente su nariz chica, y cuán cargante la maña de resobarse la barba, como si quisiera extraer de ella alguna sustancia!

, crimen imperdonable... Es aburrido estar atada toda la vida; primero por los prejuicios de educación. Hay que hacer esto o lo otro; esto no, ni aquello tampoco... Tal cosa es sacrosanta y tal otra levanta una polvareda general sin que se sepa por qué ni cómo... continuó Francisca, por qué y cómo, por el grito de mamá: «¡Oh! Francisca...» Es cargante esa pobre mamá... ¡Oh!

Francisca observó el embarazo general, y con su vivacidad de siempre, se apresuró a quitar al asunto todo carácter personal. ¡Vaya un cargante! exclamó. Qué manía de hacer sumas y restas... Solamente en el registro se puede tener un gusto tan pronunciado por el cálculo y sus complicaciones... Siempre es útil saber contar dijo dulcemente Genoveva.