United States or British Indian Ocean Territory ? Vote for the TOP Country of the Week !


Fuese la acción del cabo, lo que me inclinó a creer, aunque participando ostensiblemente de la opinión contraria del capitán, fuese, como éste lo creía, que por los simples esfuerzos de la máquina hubiésemos salido del atolladero, el hecho fue que el buque se puso en movimiento, y en breve, habiendo salvado todos los chorros secundarios, como el Perico, avistamos las dos o tres casas de un lugar situado en la margen derecha del río, frente a Caracolí, poco antes de Honda, llamado Bodegas de Bogotá, punto final de nuestro viaje marítimo.

Las bandas de pájaros multicolores son innumerables; le sombra deliciosa, bajo el follaje colosal y espeso de una vegetacion en que alternan el mangle, elegante, recto y de románticas raices hundidas entre las ondas, el corpulento caracolí, la flexible guadua y mil plantas de las mas hermosas formas; los conciertos que de todas partes se levantan, y los perfumes que exhala el bosque de su seno húmedo y exuberante de fuerza reproductora, todo contrasta con la escena marítima que despues se presenta.

El río sigue corriendo silenciosamente; en los bosques impenetrables de la orilla, donde el buque acaba de detenerse, no se oyen sino los apagados silbidos metódicos del turpial que llama a su compañero; hasta las enormes y vistosas guacamayas, con su plumaje irisado, llegan en silencio y buscan entre las ramas el nido que pende de la copa de un inmenso caracolí, mecido por las lianas que lo sujetan.

De nuevo los enhiestos cocoteros, lisos en su tronco coronado por la diadema de apiñados frutos; el banano, cuyas ramas ceden al grave peso del racimo; el frondoso caracolí, cubriendo con su ramaje dilatado, el mundo anónimo que crece a sus pies, se ampara de él y duerme tranquilo a su sombra, como las humildes aldeas bajo la guarda del castillo feudal que clava la garra de sus cimientos en la roca y resiste inmutable al empujo de los hombres y al embate del huracán!

Sobre la alta barranca, tapizada de grama verde y suave, en toda su extension, grupos de chozas rústicas de habitacion de bogas y pobres agricultores del desierto; en el centro el inmenso edificio de la Bodega, de techumbre pajiza y de un solo piso, y detras y en medio de las casas un bosque admirable, en cuyo fondo de un verde de diversas tintas contrastaban la hermosa melena del cocotero sobre el esbelto mástil, las palmas ensortijadas de las guaduas colosales, el redondo follaje del mango y el mamey, y la corpulenta ramazon del cedro y el caracolí, esos soberanos suntuosos de los desiertos selváticos de Colombia.