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Casi estoy por decir, o sin casi lo digo, que el jornalero que gana dos o tres pesetas al día tiene el mismo derecho, y acaso mayor interés, que el capitalista que goza tres mil duros de renta diarios, en que el Gobierno sea bueno, atinado y juicioso.

La de Brenay está tratando de pescar en sus redes a este incomparable capitalista, mientras la ingeniosa madre de Paulina ha descubierto en Martimprey, el pueblo de al lado, un joven industrial cuya posición es tan tentadora, que la de Aimont ha inaugurado su plan de campaña haciendo la corte al cura del pueblo, que tiene una gran influencia con el joven en cuestión...

Me encargaron de buscar un socio capitalista que pusiera los medios necesarios para ir adonde está el tesoro; y yo encontré al señor Smiles. ¡Presente! dijo el hombre alto y rojo, llevándose la mano a la cabeza y haciendo un saludo militar. Bueno. Cállese usted replicó el joven moreno . Como decía, encontré al señor Smiles, que tenía un saloom bar en Liverpool.

En lo del teatro se admitieron acciones de algunos aficionados de la ciudad; pero estas eran insignificantes comparadas con las de Emma; de modo que ella venía a ser el verdadero capitalista, representada, es claro, por Nepomuceno en todo lo que se refería a la parte económica del negocio, y por Bonis en lo tocante a entenderse con músicos y cantantes.

MARINO. Un respetable anciano pide permiso para entrar a hablarte. Se llama Crematurgo. Es el más rico capitalista del imperio. Ha hecho del modo más filantrópico la mayor parte de sus riquezas. Ha traficado en cierta clase de individuos, que ya dirigen en los alcázares los negocios más difíciles, ya sirven sin infundir recelos a los maridos celosos, ya cantan como serafines en las iglesias.

Para Pinho no hay otro bien como el uso de la guayaba, y en cuanto supo que yo era un poseedor de inscripciones, un semejante suyo, capitalista como él, no dudó, no se retrajo más de su deber humano, y practicó en seguida el acto de beneficio, y hélo aquí ruborizado y feliz, trayendo su dulce dentro de una servilleta. ¿Es el comendador Pinho un ciudadano inútil? ¡No, ciertamente!

Su marido tenía mucho más de lo que ella sospechaba; era un capitalista. Había cinco billetes de cuatro mil reales, que componían mil duros, y después un pico en billetes pequeños que sumaban tres mil setecientos. Los cinco billetes grandes formaban el más elegante cuadernillo que la dama había visto en su vida.

Acabó de escribir el periodista, y leyó acto continuo a don Simón lo siguiente: «Muy en breve contará la buena sociedad de Madrid con otro centro de amenidad y de elegancia. El opulento capitalista y diputado a Cortes don Simón de los Peñascales, y su distinguida familia, se disponen a recibir a sus numerosos amigos en sus espléndidos salones de la carrera de San Jerónimo

Te entiendo, picarín gangueó el señor Bellido, retirando los ojuelos, uno de ellos con guiños de despedida, detrás de las vidrieras, y retrayendo el pescuezo a su longitud usual . no quieres que se difunda la noticia de que el franchute es tu socio capitalista, ¿eh? Pues, por .... Y para que te convenzas de que merezco tu confianza, voy a darte otra noticia.

: el imperio de las flores en nuestro clima, no le corresponde. ¡Tunante! ¿Qué dirán de él en la otra vida las almas de aquellas pobrecitas á quienes dejó morir de frío después de abrasarlas con importunos calores? Hay que ver cómo derrocha este capitalista sus tesoros, calor, luz, frescura y aire, humedad y lumbre.