United States or Seychelles ? Vote for the TOP Country of the Week !


En segundo, que el billete buscaría el soldado medio aquella noche en la fiesta para ponerlo en manos de María; y último y final, que el rescate que se lograra por los demás papeles del honrado Antúnez se dividiría entre los dos, el soldado y el de la hopa, salvo el quinto, que antes de todo debería sacarse en pro y beneficio del gozque Canique, que tanta parte tuvo en aquella buena ocasión.

El verdín de la humedad resbalaba mucho; pero unos cuantos golpes de espadaña y juncia, nacidos entre la fábrica y mantenidos por la frescura, prestaban ayuda y apoyo para los atrevidos pasajeros, y hacia este sitio salvaje y pintoresco fué adonde vieron partir Cigarral y Mercado al tercer interlocutor de la escena, el insigne gozque Canique.

Los circunstantes, que no se maravillaban menos de aquella taravilla que de las artes caninas del don Canique, mitad enfadados, mitad placenteros, rescataron por este o aquel ochavo o blanca cada uno la parte que perdieron de despojo, si exceptuamos al usurero Antón, que enroscándose como sierpe y guareciéndose en propio contra el suelo, cual erizo breñal, se libró de ser prendado en el primer asalto, y que ahora durante la plática se escurrió silenciosamente, dándose albricias que por su industria y buen ánimo pudo libertarse de todo empeño y de toda multa.

Pero entornad la parla inoficiosa, que ya vuelven de la capilla por lo alto del pueblo todos los paseantes que fueron para lo bajo; y siendo así que poco o más nada les entra ni vuestra humildad, ni menos penetran vuestras plegarias estropeadas, soldadescas y lagrimosas, poned en campaña las buenas partes de vuestro gozque Canique, que lo que vos no alcanzáis, acaso lográranlo sus buenas gracias, saltos, danzas y donaires.

El perro, aunque seguía en sus genuflexiones y zalemas, nada alcanzaba; hasta que enfadado el cojo por la esterilidad del tiempo, y la mezquina condición de tanto estante y ningún donante, así dijo a su cofrade, sirviente y amigo: Pues, amigo Canique, lo que no dan ni prestan, fuerza será tomarlo; entrad a saco a estas buenas gentes, como allá en antaño en el asalto y saco de Roma; mas contad y advertid que no les habéis de tomar sino de lo superfluo y profano, dejándoles entera la piel, y menos interesar algo del tegumento de las carnes, y sin detracción alguna, que todo lo demás, camisa inclusive, os lo fallo y declaro por buena y legítima presa.

Así sea dijo Cigarral. Y dándole dos palmadas a su gozque Canique, éste se aliñó y preparó diligentemente para algo de importancia.

Este tocó a recoger diciendo: Alto y parad, hermano Canique: bien lo habéis hecho, y ahora rescatemos estos trofeos, quiero decir que nos los rescatarán, trocándolos por blancas y ochavos, no de otra suerte que hizo vuestro capitán y el mío, Francisco Carvajal, en aquel de Roma.

En tanto iban allegándose los paseantes, y en cuanto los sintió a tiro el estropeado, así dijo al gozque: Salid, don Canique, can honrado y placentero, y dad cuatro vueltas de villano o de Bran de Inglaterra por lo alegre o autorizado, según más os conviniere, ante los altos señores que os miran, todo por darles gusto y placer.

Lo que no lograran las lástimas, lo alcanzaron las danzas y saltos caninos, cual presumió Mercado, y todos los vinientes se pararon formando corro, admirando y celebrando los donaires de la alimaña. El estropeado, con algo más de aliento, ya cautivada la atención de su auditorio, proseguía diciendo: Ahora, don Canique, haced la salva por el Rey de Francia y los otros Príncipes de la cristiandad.

Ya el muchacho se disponía a forzar insolentemente la bolsa, y revolverla y registrarla sin comedimiento alguno, cuando el soldado, levantándose de su asiento, que ni tenía cojín ni respaldo, diligentemente se acercó al muchacho, increpándole su intento, diciéndole: Alto allá, y entrégueme ese despojo, trofeo de mi sirviente Canique.