United States or British Indian Ocean Territory ? Vote for the TOP Country of the Week !


Después de inspeccionarlo todo, me volví á mi casa sin haber podido adquirir noticias referentes á la ermita. Una hermosa y risueña alborada como lo son todas en la India, me despertó, oyendo los ecos del lejano volteo de la campanita que convocaba á los creyentes á la misa del alba. Era viernes.

Faltaban pocos minutos para las cinco cuando desperté. Ya señora Juana andaba por la cocina disponiéndome el desayuno. Tía Pepa no salía aún de sus habitaciones. El «sur» soplaba furioso, y la campanita chillona de San Francisco sonaba alegremente, llamando a misa. Me vestí el famoso traje de charro, cerré el ropero, y cuando me dirigía yo al comedor, la tía Pepilla me detuvo. Rorró....

La bóveda del presbiterio es del mismo material, y es asombroso el ver cómo ha resistido á tantos y tantos temblores de tierra como se han sucedido desde que fué edificada. Entre los objetos que posee esta iglesia, hay una campanita en la que se lee perfectamente el año 1600. El altar mayor, de tres cuerpos y de orden compuesto, es exactamente igual al de San Francisco de Manila.

Angelina y yo nos acercamos a la verja, vueltos hacia la ciudad. Ya no repicaban en las torres. En cada una de ellas una campanita atiplada, urgente y chillona, llamaba a los fieles. Aun no despuntaba el día. Los faroles de Villaverde brillaban en las calles obscuras y por encima de los tejados como un enjambre de cocuyos.

Exaltada nuestra imaginacion con estos recuerdos, cuando recorriamos aquella fragosa y pintoresca Sierra de Córdoba, que hoy siguen santificando con su vida ejemplar los humildes hijos del Yermo; al señalarnos con el dedo nuestro complaciente guia alguno de los lugares matizados de ruinas donde la piadosa tradicion ve los devastados solares de los antiguos monasterios benedictinos, creimos muchas veces percibir el ténue tañido de una modesta campanita entre el blando susurro de las auras y de los arroyuelos, con que lloran hoy su soledad aquellas montañas que casi nos atreveríamos á llamar sagradas.