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«Reconocemos que el señor de Orbigny ha tenido un acierto completo en los espaciosos límites de su mision, de una manera tan importante para nuestras colecciones como para la ciencia mismaBOTÁNICA. Relator, el Sr. Adolphe Brongniart.

Este tratado de MINERALOGÍA, que con las de ZOOLOGÍA y BOTÁNICA por el mismo autor, forma un Curso Completo de Historia Natural; además de tratar extensamente de todo lo que atañe directamente á la Mineralogía, propiamente dicha, estudia las relaciones entre ésta y la Geología, y por lo tanto trata de los fósiles, ó sea de la Paleontología; siguiendo los principios más modernos en su parte didáctica.

Botánica, blasón, cosmogonía, Sacra, profana universal historia, Cuanto pueda hacinar tu fantasía En concebir delirios eminente.

Si Paris y las dos ciudades belga y holandesa que he citado, y Berlin y San Petersburgo, han avanzado tanto en sus museos de historía natural y botánica, Inglaterra puede gloriarse de no tener rivales todavía por sus jardines de Londres, que son tan perfectos cuanto el estado de la ciencia y de los viajes y el arte lo permiten.

Despuntaba en la Arqueología y en la Botánica, sobre todo en la relación de esta a la Horticultura. Era un especialista en las enfermedades de la patata, y tenía un trabajo sobre el particular que no acababa de premiarle el Gobierno. También le daba el naipe por la biografía militar.

Era muy ilustrado el P. Herrera, muy instruído, sabía de muchas cosas, y se perecía por la Botánica. Era de oírle cuando se soltaba hablando del movimiento religioso en Inglaterra y en los Estados Unidos.

Estas notas y la atencion escrupulosa con la cual se ve que, en los lugares importantes, este celoso viagero ha recogido las especies mas pequeñas y ménos aparentes, prueban que el señor de Orbigny, aunque no habiéndose ocupado especialmente de botánica, no era estrangero á esta ciencia.

Si exceptuamos los jardines de ese género que hay en Paris y Lóndres, se puede asegurar que ninguno otro de Europa es comparable á los que en Bélgica y Holanda están consagrados á la botánica y la zoología. Y todavía, bajo el punto de vista de lo pintoresco y agradable, los de estos dos países son superiores á todos los demas.

La higiene pública les preocupaba á entrambos: el clérigo le echaba la culpa de todo á los miasmas, y formulaba unas teorías biológicas que eran lo que había que oir. De astronomía y música también se le alcanzaba algo, no era lego en botánica, ni en veterinaria, ni en el arte de escoger melones. Pero en nada lucía tanto su enciclopédico saber como en cosas de religión.

Ya creen muchos, que en la Física, Botánica, Medicina, Historia Natural no hay otro medio de conocer cada cosa y distinguirla de las demas, que el de las buenas y exâctas descripciones; mas yo quisiera que creyesen que en todas las demas Ciencias sucede lo mismo; pues que las esencias de las cosas, donde quiera que pertenezca el tratar de ellas, no las conocemos de otra manera.