United States or Chile ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ambas huestes se hostilizan, llegan, chocan, se encarnizan, tras el potente embestir, y el eco va retumbando de monte en monte lanzando el fragoroso reñir. Arde la fuerte bombarda, y allí, donde no se aguarda, va su disparo á caer, y al trueno espantable y fuerte un alarido de muerte viene horrible á responder.

Á fe mía, que más entiendo yo de manejar la espada y la pica que el arco, dijo Reno, pero he llevado tantos años entre arqueros que recuerdo haber presenciado prodigios. Buenos tiradores hay aquí, pero no como algunos que recuerdo. ¿Ves aquello? preguntó Yonson al veterano, extendiendo el brazo hacia una bombarda que á no gran distancia se alzaba sobre su poco airosa cureña.

Conózcole, y más de lo que podáis figuraros, señora, dijo Miguel de Cervantes un tanto sorprendido; quién es, y lo que puede y lo que vale, y cuánta es su nobleza y cuánto su ingenio; y estimádole hubiera en mucho más, si no llevara peluca; que el quedarse, cuando la mucha edad no lo disculpa, con la cabeza rasa y sin un pelo, como bala de bombarda, paréceme a que es a efecto de malas cabilaciones y picardías; de lo que resulta, que yo no me fío de un calvo, ni con buena voluntad le miro; y a mayor abundamiento, llenádome habéis las medidas con decirme que de él ansiáis venganza, que como un cruel enemigo os persigue, y que no seríais mi esposa si antes de sus persecuciones no os libertaba.

Simón Aluardo, para serviros. Pues mírame bien, camarada, y no tendré necesidad de nombrarme. ¡Mala bombarda me parta si no es esa la cáfila de Reno el arquero! Embrasse-moi, camarada; y ambos amigos se estrecharon como dos osos. , el arquero Reno, ahora ballestero al servicio del barón, y casi olvidado ya de disparar ballesta ó arco.

Por desgracia una gruesa bala de bombarda vino a chocar contra el hierro del ancla que estaba allí cerca suspendida, y saltando de rebote, dio tan tremendo golpe en la armadura de acero de Diego Fernández que se la hizo pedazos, hundiéndole en el pecho algunos de sus punzantes y afilados picos. Diego Fernández perdió la vida en el acto.

Algo he leído en el claustro sobre esas nuevas máquinas de guerra, dijo Roger. Y á duras penas comprendo cómo una bombarda pueda lanzar pesada esfera de hierro á doble distancia que la alcanzada por la flecha del mejor arquero, y con fuerza suficiente á destrozar armaduras y batir murallas. Así es, en efecto.

El chambergo de fino fieltro con airosa pluma blanca, algo inclinado sobre la oreja derecha, ocultaba en parte la cicatriz de una larga herida que partía desde la sien; la mitad de aquella oreja se la llevó una bala de bombarda allá en Tournay, en las guerras de Flandes.