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No hay duda que la admirable coleccion de fieras, de mamíferos de todas clases, ofensivos ó inofensivos, de rumiantes, monos, etc., etc., es maravillosa, y que el visitante goza mucho admirando las corpulentas girafas de ojo melancólico; los elefantes, hipopótamos y rinocerontes monstruosos; el enorme tigre de Bengala, de fisonomía traidora; el grande oso blanco del norte en eterna agitacion; el leon de Numidia, de mirada indiferente y sombría; el triste orang-utang, caricatura de hombre degradado, que parece afligirse de su inferioridad y su mudez; el curioso bizonte; el corpulento búfalo crinado; la linda y esquiva zebra, y tantos otros animales en extremo interesantes y curiosos.

Nada faltaba allí para el mueblaje natural de un lugar de reposo y de delicias; ni los pilares rústicos, formados por las cuarenta y cinco encinas diseminadas por la pintada alfombra, ni el artesonado inimitable del follaje agitado por el hálito intermitente que reanima al caminante, ni la melodiosa música de ruiseñores y pinzones que cantan cerca del nido donde empolla la hembra, ni el blanco cojín de musgo seco formado junto al tronco de los árboles, ni el sonoro curso del arroyo filtrando entre las matas tiernas de los juncos, tanto más lustrosos cuanto más oscuros, para ir a perderse entre los prados, ni el vapor que rodea las montañas, agrupadas como panorama griego, que vistas entre las ramas, parece que se admira un cuadro desde una ventana abierta entre ondulantes cortinas.

Los ventanales estaban rojos, esparciendo en la cálida lobreguez de la noche risas, gritos, suspiros de violines, romanzas amorosas que denunciaban un cuello femenil, blanco y voluptuoso, hinchado por el deseo y por la música. Las gotas de luz perdidas en el infinito cambiaban sus parpadeos con las estrellas eléctricas medio ocultas en los negros follajes.

¡El sobrino de mi cocinero! exclamó con desprecio el rey . Esa es una alianza indigna de doña Clara; mi valiente coronel Ignacio Soldevilla, tendría mucha razón de enojarse conmigo, si yo introdujera en sus cuarteles un mandil y un gorro blanco: eso no puede ser... no será... Los reyes ennoblecen dijo contrariada la reina. El padre Aliaga acudió en socorro de Margarita de Austria.

Si nadie la conoce... El martes se presentó en ese mismo palco vestida de blanco con camelias rosa... Ayer estaba en la Castellana en un milord muy bonito, con camelias blancas en el sombrero y en el pecho... Hoy, terciopelo negro con camelias rojas... Pues ya tenemos nombre que darle exclamó Leopoldina riendo : La dama de las camelias.

En los fosos, la inmaculada blancura casi cegaba la vista, y las alegres márgenes del Arga no se conocían de puro vestidas. Los árboles con sus escuetas ramas perfiladas de blanco no parecían árboles, sino urdimbres rotas de un tejido deshecho.

Uno de estos pies, pequeño, deliciosamente encorvado, asomaba como al descuido bajo la falda, calzado con un zapatito blanco de terciopelo de Utrech y con un lazo de oro y diamantes en la escotadura.

Al ver a Maltrana le dirigió una sonrisa de resignación, señalando al mismo tiempo con los ojos el término de la escalera, los salones, hacia los cuales marchaba siguiendo el fru-fru majestuoso de las faldas. Algunos pasajeros alemanes, vestidos de blanco con descuido matinal, subían a la cubierta de paseo y miraban un instante por las ventanas de los salones.

Los puntiagudos faldones de la mejor de sus tres casacas se balanceaban al compás de las piernas en la parte posterior del cuerpo; el tupé había recibido doble ración de pomada, y la corbata, aumentada con nuevos pliegues, formaba un blanco follaje, una pechuga escarolada debajo de la barba. Cuando el abate se ponía este traje, había pronunciado ya la última ratio de su peculiar elegancia.

Ya queriendo fijar mi pensamiento, sobre el blanco papel la mano puesta, expresar con palabras mi ánsia intento; y comienzo novelas y canciones, y poemas, y dramas, y cien cosas que no pasan jamás de tres renglones. Fragmentos que conservo en mi cartera, que leo con el alma estremecida, porque en esos fragmentos está entera la historia de mi vida.