United States or Liberia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Costaron de alquiler de cuatro barras de fierro para asar la ternera 10 mrs. Costaron de alquiler dos calderas de cofradía para asar la vaca e la ternera con sus aparejos 10 mrs. Costaron 60 haltamices blancos de barro 20 mrs. Quarenta salseretas blancas 8 mrs. Veyntiquatro picheles verdes para vino 13 mrs. Veinte jarrillos para dar agua 4 mrs.

El camino nuevo de Possilipo, obra del rey Murat, costeaba el golfo, elevándose lentamente por la falda de la montaña, haciendo cada vez mayor el declive entre su calzada y el borde del mar. En esta pendiente asomaban las «villas» sus fachadas blancas ó rosadas entre los esplendores de una vegetación siempre verde y lustrosa.

La cigüeña se dejó acariciar y mostró la satisfacción y el gusto que aquellas nobles caricias le causaban, entornando los párpados como si se adormeciese y restregando suavemente el largo cuello sobre la vestidura de la linda dama. Pasó ésta la mano por el cuello de la cigüeña, bajándola hasta el ancho buche, cubierto todo de abundantes y blancas plumas.

En primer lugar, necesita vuesa merced ropas blancas de Cambray: esto es lo menos, hailas hechas dos puertas más abajo. ¡Antonio! Apareció un joven con un mandil de cuero, á todas luces oficial de platería.

Blancas tambien hace esta indicacion en sus comentarios, diciendo que no se atrevería á aseverarlo, sino se encontrasen varios subterráneos en muchas partes de la ciudad.

Y como Sancho vio a la novia, dijo: -A buena fe que no viene vestida de labradora, sino de garrida palaciega. ¡Pardiez, que según diviso, que las patenas que había de traer son ricos corales, y la palmilla verde de Cuenca es terciopelo de treinta pelos! ¡Y montas que la guarnición es de tiras de lienzo, blanca!, ¡voto a que es de raso!; pues, ¡tomadme las manos, adornadas con sortijas de azabache!: no medre yo si no son anillos de oro, y muy de oro, y empedrados con pelras blancas como una cuajada, que cada una debe de valer un ojo de la cara. ¡Oh hideputa, y qué cabellos; que, si no son postizos, no los he visto mas luengos ni más rubios en toda mi vida! ¡No, sino ponedla tacha en el brío y en el talle, y no la comparéis a una palma que se mueve cargada de racimos de dátiles, que lo mesmo parecen los dijes que trae pendientes de los cabellos y de la garganta!

El erúdito Luis Lopez en su obra titulada, Trofeos y antigüedades de Zaragoza, página 345 dice: que habiendose alzado el capitan Abdila con la corona de Zaragoza por la ausencia de Aben-Lope, que fué á establecerse en Toledo, los historiadores no hacen mencion de otro hasta el año 864, en que hablan de Abenalfage que segun refieren, entrando en Zaragoza se tituló rey, mostrandose magnánimo y generoso, perpetuando su memoria en edificios públicos, y que Blancas en sus comentarios le atribuye el de la ALJAFERÍA que fué palacio de los reyes moros.

Conforme aumentaban las necesidades y la expansión de la familia, se iban levantando nuevas construcciones blancas. Cada dado era una habitación, y todos juntos formaban una casa, que más bien parecía un aduar, no adivinándose exteriormente cuáles servían para la vida de los habitantes y cuáles para las bestias de labor.

Le precedían a veces elefantes y rinocerontes, domadores que llevaban serpientes y tigres domesticados, y el rey iba a caballo, en medio de los más brillantes señores de la corte, sus favoritos y validos, todos con muy elegantes y vistosas ropas y con airosas y blancas plumas en los birretes.

6 Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león. 7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas. 8 Llora como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. 9 Pereció el presente y la libación de la Casa del SE